Según un estudio llevado a cabo por el asesor del Consejo Empresario Mendocino, Gustavo Rivarola, la economía argentina no crece desde hace más de diez años. Sobre este tema, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael.
El informe se presentó la semana pasada, abordando un tema que a criterio de su autor “es estratégico y estructural para Argentina y para Mendoza, que es el desafío de la competitividad”. “Hoy parece que todo parece ser a corto plazo, y sin embargo entendemos que es justamente en estas circunstancias en que es imprescindible poner este tema en agenda pública, porque hablar de competitividad nos permite y nos invita a analizar una estrategia más larga y sistémica, y creo que también un poco más optimista. La competitividad no es el resultado de una sola medida, sino que es el resultado de una visión estratégica y de un modelo de gestión, y esa perspectiva más larga nos permite ordenar objetivos, prioridades desde siempre, a nivel del sector público, del sector privado, a nivel personal y más”, dijo y agregó que un país competitivo, una economía competitiva es la que crece, no una como ésta “que está trabada y no puede producir más y si no puede producir más no va a poder generar el nivel de riqueza y el nivel de ingreso que la ciudadanía o todos los habitantes necesitamos para poder vivir mejor.
Una economía más competitiva es una más productiva y una economía que brinda más bienestar, más libertad y más oportunidades para su gente”. Considera que “los países competitivos son los que logran articular instituciones, recursos, personas, empresas y organizaciones para generar riqueza, para lograr desarrollo”.
Rivarola aseguró que “la clave acá es la política de Estado y generarla, algo que Argentina no ha hecho en los últimos 40 años (desde el año 1983 a la fecha), implica un grado de generosidad y de altruismo de la clase política que en algunos casos se ve que no se produce”. Es que si cada uno de los gobiernos hubiese establecido y consolidado una política de Estado vinculada con pilares de competitividad como salud, educación, instituciones, buen funcionamiento de mercados, innovación o capacidad para innovar, seguramente el país sería más competitivo, más productivo y podría exportar mucho más de lo que exporta.
“La consecuencia de no crecer hace diez años, no es que estamos igual que hace diez años sino que el ingreso por habitante ha caído un 13%, es decir que somos en promedio un 13% más pobres que hace diez años, y eso tiene un impacto clarísimo en los niveles de pobreza actuales. Ser competitivos no es una opción, es una obligación”, destacó Rivarola.
