Los días pasan y para Ana Rosenfeld, la ausencia de su marido se hace cada vez más presente. Y aunque le prometió a sus hijas y a ella misma que intentaría salir adelante y para el afuera se muestra como una mujer entera, puertas adentro de su casa, la tristeza es demoledora.
Este jueves contó en LAM, una situación que vivió esta misma semana, en la que la realidad le dio un cachetazo: «Llegar sola fue difícil y cuando todo terminó, me encontré preguntándome quién me lleva… estar sola, ver que todas las parejas bailan y yo no lo tengo a él. Vivimos cosas hermosas con Marcelo, amaba las fiestas y los cumpleaños… fue duro».
Marcelo Frydlewski murió en octubre del año pasado por complicaciones derivadas del COVID. Estuvo casi 1 mes internado en los Estados Unidos y aunque dio su batalla, no logró superar la enfermedad. Tenía 63 años.
Rosenfeld admitió que de algún modo, se sintió obligada a ir porque era la boda de la mejor amiga de su hija. «Estuve contenida pero para mi fue muy difícil. Además de que me reencontré con un montón de parejas a las que no había visto después de lo de Marcelo».
Luego, llegó una confesión durísima pero 100% cierta: «Va a caer mal pero es duro ver que todos están felices y yo no. Fue furo porque la vida de ahora en más, es así». Y sumó «Al llegar a casa, lloré mucho. Tengo una foto de los dos, frente al Taj Mahal que es como un símbolo de nuestro amor y le dije que no podía creer».
Al final, resumió: «Tengo una mezcla de bronca, enojo y tristeza. Es una mezcla»
Fuente: Pronto
