«Francia y Estados Unidos se están enfrentando a las ambiciones de conquista de Vladimir Putin y su brutal guerra contra Ucrania. En un momento en que la guerra ha vuelto a Europa, es fundamental que volvamos a saber ser hermanos de armas en esta lucha por la libertad», destacaron a coro en la Casa Blanca el presidente anfitrión, Joe Biden y su par galo, Emmanuel Macron, quienes escenificaron con toda la pompa la fuerza de su alianza contra el Kremlin.
Pero no todas fueron coincidencias, dado que el visitante le pidió al mandatario norteamericano «sincronizar» mejor las acciones comerciales, ya que el plan económico demócrata para combatir la inflación y el cambio climático incluye incentivos fiscales «muy agresivos» para promocionar a empresas de EE.UU., como por ejemplos fabricantes de vehículos eléctricos, lo que podría perjudicar al sector verde en el Viejo continente.
LA LEY CLIMATICA
El comunicado difundido tras la reunión anunció la creación de una comisión bilateral encargada de analizar de manera conjunta la denominada ley Biden para combatir el cambio climático.
A modo de anticipo de los temas que examinarán esos equipos, el dignatario estadounidense admitió que la norma «tiene fallas» y se manifestó abierto a hacerle modificaciones ante la inquietud europea.
«Queremos tener éxito juntos, no uno contra el otro», resumió Macron, quien teme un «efecto dominó» que socave proyectos de energía limpia en la UE.