Noha de tan solo 1 año resultó herido durante los festejos por la Nochebuena del año pasado en La Tablada, provincia de Buenos Aires. Su cuerpo expulsó solo el proyectil.
El 24 de diciembre de 2019 la familia estaba reunida en el patio de su casa de la localidad de La Tablada cuando de repente Noha, un bebé de un año, empezó a llorar. Al alzarlo, advirtieron que le sangraba una pierna y lo llevaron de urgencia al hospital Ballestrini. El diagnóstico que recibieron casi los empujó a una tragedia.
Los médicos que atendieron a Noha en la guardia dijeron que lo había mordido un perro. «Le hicieron dos puntos y nos mandaron para casa», contó su papá, Matías, esta mañana en Crónica. Así lo hicieron, pero los días pasaron y la herida en lugar de mejorar fue empeorando.
Tanto se inflamó la pierna del bebé que volvieron a llevarlo a la guardia. En esa oportunidad la conclusión de los profesionales después de hacerle una placa fue que tenía una infección y esto le había provocado un absceso. Otra vez los mandaron a su casa, sin darse cuenta que el origen del pus no era una mordedura sino una bala.
Un mes convivió Noha con el proyectil en su pierna sin que los médicos lo notaran y, en consecuencia, sin recibir los cuidados que necesitaba. Hasta que el jueves pasado, su cuerpo lo expulsó solo.
«Sentimos un ruido y vimos la bala en el piso», relató el papá de Noha, todavía sorprendido. Volvieron entonces al hospital, pero el pedido de explicaciones no obtuvo una mujer respuesta. Por el contrario, en ningún momento se hicieron responsables de su error y hasta sugirieron que ellos mismos podían haber baleado a su hijo. Además, señaló Matías, «se quedaron con la bala».
La familia de Noha ya presentó la denuncia en la comisaría y se abrió una investigación. «La policía tiene que pedirles el proyectil para hacer las pericias», concluyó.
Fuente: TN
