Puntualmente, Méndez indicó que esas cuatro compras comprendían indumentaria, ollas y otros elementos, por montos que rondaban los 4 mil pesos cada uno y habían sido financiados en cuotas, llevando a un perjuicio global de 95.900 pesos.
Las tareas investigativas permitieron a los efectivos comprobar que, efectivamente, se trataba de una empleada del local de indumentaria señalado por la víctima quien se encontraba operando con su tarjeta de crédito.
«El denunciante dice que, al momento de entregarle la tarjeta para abonar, perdió de vista a la empleada y por eso presume que le sacó fotos al frente y reverso. Y de hecho pudimos establecer que su modus operandi consistía en llamar a los locales o contactarse por mensaje para realizar las compras y enviaba las fotos de la tarjeta para pagar por los productos y luego sólo pasaba a retirarlos», explicó el efectivo.