CAME sobre el bono para empleados: “Nos obliga a meter la mano en el bolsillo sabiendo que no vamos a encontrar nada”

Producto de las últimas medidas del ministro de Economía, Sergio Massa, que obliga por un decreto a las empresas a la entrega de un bono de 60 mil pesos (pagables en dos cuotas), el secretario de Prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Salvador Femenía, expresó una enérgica crítica ante esta medida unilateral en FM Vos (94.5).
Primeramente desde CAME recordaron que el mecanismo de ajuste salarial del sector privado son las paritarias y no una imposición del Estado sobre las relaciones laborales por fuera de su alcance. Es que la medida no sólo fue para el sector público, sino también para el privado. Si bien es a cuenta de paritarias, es un adelanto que no estaba previsto y para lo cual muchos empleadores no estaban preparados.
CAME sostiene que cada sector de la economía y cada empresa en particular atraviesan diferentes situaciones que jamás pueden homologarse al punto de establecer unilateralmente aumentos generales, aun asumiendo el Ejecutivo nacional el 50% del incremento dispuesto. “Hace muy poquito cerramos una paritaria tanto en comercio, como en el sector rural (donde CAME es interviniente)”, recordó Femenía y agregó que “esto para el sector privado nos parece una injerencia que nos complica, porque nos obliga a meter la mano en el bolsillo sabiendo que no vamos a encontrar nada”.
“La situación de las pymes es muy complicada, tiene un alto impacto económico y la situación que es delicada de por sí, por todo lo que estamos viviendo últimamente”, criticó y añadió que el ministro tomó esta medida sin llevar a cabo ningún tipo de consulta. “Todo ha sido hablado con el Gobierno, y el Gobierno no puede ignorar la situación en que tienen las pymes, sobre todo la gran cantidad de micro-pymes que hay a lo largo y a lo ancho del país”, expuso.
Desde CAME consideran que “la injerencia del Estado en la actividad privada no sólo complejiza la relación natural de empleadores y empleados, sino que pone en riesgo la endeble situación de miles de pymes que atraviesan un escenario de extrema fragilidad, con costos que aumentan permanentemente, con imposibilidad de importar insumos básicos y con una recesión que amenaza el consumo de manera creciente”.