La actriz asegura que, más allá de saber que tanto su hija como su yerno están recuperados, no deja de sentir temor por ambos. «Los médicos les dicen que en el cuerpo pueden tener algún residuo del virus pero por suerte, no contagian y se sienten bien».
A fines de marzo, Oriana Sabatini y Paulo Dybala se enteraron en Italia que tenían COVID-19 y desde entonces, siguen al pie de la letra todas las indicaciones de los especialistas para poder superar el mal. Desde Argentina, Cathy sufre más que nadie la distancia ya que le hubiera encantado poder estar a su lado para acompañarla en la enfermedad.
«Lamentablemente, es lo que nos toca ahora. Por suerte, hablamos todos los días por videollamadas. Los puedo ver y se los nota mejor. Por suerte se sienten muy bien, ya no tienen síntomas de nada pero igual se tienen que hacer los tests. Creo que mañana tienen otro», explicó en un vivo con Pampito.
«A Ori en un momento, le había dado negativo pero le volvió a dar positivo porque según el médico, pueden quedar residuos del virus. Pero ya no contagian y tienen mucha energía para empezar a hacer sus cosas».
En su momento, Oriana había dicho que una de las cosas que más sufrió durante la enfermedad fue el hecho de sentirse agotada permanentemente. «Es como un cansancio tremendo, que no había sentido nunca. Y me faltaba el aire», detallaba en los inicios.
Hoy, puede hacer las cosas de la casa con normalidad e incluso, empezó a reanudar su entrenamiento en casa.»Como mamá no dejo de estar preocupada y les pido que se cuiden, que reposen si se cansan pero están mucho mejor».
Fuente: Pronto
