El gobernador Rodolfo Suarez afirmó este lunes al mediodía que el 1 de marzo los estudiantes mendocinos tendrán clases presenciales. Mientras todavía resta definir cómo lo harán en base a la infraestructura de las escuelas, llamó la atención que el anuncio tuvo tres diferencias: cómo lo dijo durante la conferencia de prensa, cómo lo tuitiaron los encargados de sus redes sociales y, finalmente, cómo quedó en el comunicado que se publicó en el sitio oficial del gobierno.
En principio y ante los periodistas convocados en Casa de Gobierno, Suarez dijo: “La decisión de que el primero de marzo se van a iniciar las clases presenciales en la provincia de Mendoza».
Total certeza por parte del gobernador.
Pero luego llegó el twit en la cuenta oficial con la primera diferencia: «El 1° de marzo queremos comenzar las clases presenciales en Mendoza, respetando la capacidad de cada establecimiento, el distanciamiento y cumpliendo con todos los protocolos».
Es decir, ya no lo daba como hecho sino que adelantaba la intención de que los alumnos volvieran a tener clases presenciales en la medida de lo posible.
Y, por último, Prensa del Gobierno envió el comunicado correspondiente con otra variación llamativa. Incluyeron el potencial:
«Suarez: `En Mendoza comenzarían las clases presenciales el primero de marzo.´”
En otras palabras, lo daba como probable y contrastaba de igual manera con la certidumbre del anuncio original.
Está claro que el objetivo del Gobierno era, además de confirmar el aumento por decreto a los trabajadores de la educación, adelantarse en la agenda política en medio de un fuerte reclamo para que abran las aulas y así marcar una diferencia en la gestión.
Más allá de estas sutilezas en el anuncio, en lo que queda de enero y febrero, el Gobierno -y más precisamente la Dirección General de Escuelas- tendrá que definir cómo serán los protocolos que permitirán el regreso a los establecimientos de estudiantes, docentes y celadores luego de un año de virtualidad.
Fuente: El Sol
