La casa terapéutica Ceferino Namuncurá cumplió ayer 4 años y sigue trabajando durante la cuarentena. Su encargado, el padre Ramón Saso, explicó que trabajan con mucha voluntad para ayudar a las personas que están insertas en el mundo de las drogas, el alcohol y otras adicciones. Por otro lado, hizo hincapié en la situación económica y social de los barrios sanrafaelinos durante el aislamiento.
A fines de 2015 el grupo de voluntarios recibió una vieja casa –prácticamente destruida– que fue refaccionada para montar allí este lugar. Comenzaron a trabajar el 13 de mayo, Día de la Virgen de Fátima y Día de la Virgen de las Victorias. Justamente el padre Saso agradeció a todo el grupo que trabaja con él, pues se trata de un verdadero equipo. Se desarrollan actividades orientadas a la prevención de adicciones, lo cual se traslada a diferentes barrios, pues “las drogas están en todos lados”. Con la cuarentena, esas tareas han tenido que hacerse de manera virtual. “Cuando un adicto tiene a alguien que lo apoye, con Dios de por medio se puede salir y ser feliz sin droga”, destacó, y agregó que si bien es un “trabajo de hormiga”, produce mucha felicidad por el fin que tiene. “Es difícil, pero el motivo no tiene que ser económico, sino que realmente tiene que ser de amor y de caridad el trabajo con los chicos y las drogas. Eso nos alienta a seguir hasta que Dios diga”, aseguró.
La cuarentena en los barrios
El padre considera que las villas sanrafaelinas se parecen en algunas cuestiones a otras de mayor tamaño, como pueden ser las de Buenos Aires. Criticó que a veces la Policía se tirotee con quienes viven en esos puntos de la ciudad por no respetar la cuarentena. “Yo lo digo como sacerdote: en los barrios se vive la cuarentena como en los barrios; muchos se drogan, muchos nunca cumplieron una cuarentena, las casas son chicas y no se puede pretender que vivan encerrados desde los niños hasta los grandes, que sean corderitos en un corral si nunca lo han hecho en su vida. Hay que ser realistas en esto”, expresó, y agregó que “ahí no hay que decir ‘quedate en la casa’, sino ‘quedate en el barrio’”.
