Exactamente, 8.801 alumnos de escuelas secundarias de Mendoza se encuentran en riesgo alto de abandonar sus estudios, de acuerdo con los modelos predictivos de la Dirección General de Escuelas.
La cifra corresponde al 6% de los estudiantes de un universo de unos 146.000 y los datos surgen de las estadísticas arrojadas por el Sistema de Alerta Temprana (SAT).
La versión de prueba de esta herramienta comenzó a utilizarse a finales de año pasado y funciona con inteligencia artificial. A través de algoritmos analiza un conjunto de información cargada en el GEM (vinculados a factores individuales, familiares, escolares y comunitarios) y calcula la probabilidad de exclusión escolar de cada chico, identificándolo con nombre y apellido.

Romina Durán, directora de Evaluación de la Calidad Educativa de la DGE, señaló que desde abril del 2023, cuando se lanzó el sistema, se ha ido trabajando para “reentrenar” al bot para que tenga una precisión más alta. Los trabajos se están realizando con el Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Buenos Aires, que viene trabajando en los SAT.
“Tenemos un modelo que tiene una precisión más alta que el año pasado”, dijo Durán y destacó que este lunes se les informó a los supervisores los nuevos parámetros, los márgenes de exactitud y los jóvenes con riesgo alto de abandonar la escuela.
Riesgo alto
Según las estadísticas, del total de la matrícula, el 6% está en rojo, con riesgo alto; el 17%, en amarillo, en nivel medio, mientras que el 77% con baja probabilidad, en verde.
El modelo se entrena con la información de la trayectoria del estudiante de todos los años que tiene cargado en el GEM. Durante el 2023 se precisó que la carga de la inasistencia fuera diaria para mejorar el análisis que realiza el SAT.

“De las 385 escuelas que tiene Mendoza, en 375 hay al menos un alumno con riesgo alto. La situación se da tanto en el nivel estatal como privado y en las distintas orientaciones”, aclaró Durán.
Entre las causas más frecuentes que aumentan el peligro de abandono están el ausentismo con la escasa vinculación del chico a la escuela, la falta de visión de un proyecto de vida y el poco apoyo familiar.
Tras detectar estos inconvenientes, cada institución despliega acciones para acompañar sus trayectorias y que permanezcan en la institución.
Fuente – El Sol