El vocero del presidente ruso Vladimir Putin, Dmitri Peskov, contrajo coronavirus y se encuentra internado en un hospital de Moscú desde donde se apuró a señalar que la última vez que vio al Jefe de Estado fue «hace más de un mes».
«Sí, me enfermé», informó este funcionario de 52 años que empezó a trabajar con el mandatario a principios de 2000 y se desempeña como su portavoz desde 2008.
Los periodistas acreditados en la sede del Ejecutivo recordaron que Peskov apareció por última vez en público el 30 de abril, cuando dijo que había mantenido «una reunión con Putin». Lo que queda claro es si el encuentro fue cara a cara o vía teleconferencia, modalidad de trabajo adoptada por el dignatario desde hace algunas semanas.
El vocero presidencial se suma así a la lista de integrantes del círculo de poder infectados, nómina que incluye al premier Mikhail Mishustin, internado desde el 30 de abril, y a los ministros de Cultura, Olga Lyubimova, y Construcciones, Vladimir Yakushev.
YA ESCOLTA A EE.UU.
Rusia superó por cuarta jornada consecutiva el umbral de los 10.000 nuevos casos, con lo que el total trepa a 232.243, con 2.116 muertes (+107). La cifra de decesos es puesta en duda por expertor de Occidente que estiman un número sensiblemente mayor. Igualmente, estas estadísticas oficiales le «alcanzan» para desplazar a España del segundo lugar en el indeseado ranking de cantidad de infectados, por lo que pasó a escoltar a Estados Unidos.
La noticia del contagio del vocero presidencial se conoce el mismo día en que el país empezó a levantar las restricciones de movimientos de la población.
FUEGO SOBRE FUEGO
Un incendio en el hospital San Jorge de San Petersburgo mató ayer a 5 pacientes afectados de covid-19 y que estaban conectados a respiradores artificiales en la unidad de cuidados intensivos.
Como una de las hipótesis es que el fuego se inició en un respirador «defectuoso», funcionarios de la salud abrieron una investigación sobre la seguridad u calidad de estos aparatos, ya que el pasado sábado ocurrió un incidente similar en el moscovita Hospital Spasokukotsky, aunque con un saldo menor, pues huno una sola víctima fatal, un enfermero.
«Se trata de un flamante modelo de fabricación nacional. Ambos respiradores salieron de la misma fábrica en la región de Sverdlovsk, propiedad de la corporación estatal Rostech, que es dirigida por Sergei Chemezov, viejo aliado de Putin.
