El tercer juicio para intentar encontrar la verdad real de la atroz muerte de Paula Toledo tendrá un punto clave hoy, cuando el tribunal que juzga al acusado Marcos Graín emita su sentencia. En el inicio de este proceso dijimos que, más allá de la concreción de un mero procedimiento penal, esta era una oportunidad histórica para varios actores de nuestra sociedad.
En primer término, es una buena chance para que el Poder Judicial local demuestre concretar de la mejor manera un procedimiento que intenta determinar quién o quiénes fueron los responsables del abuso sexual y el asesinato la joven sanrafaelina, hace más de 17 años. Ese mismo Poder del Estado –con otros protagonistas- tiene hasta ahora un negro distintivo de mala actuación con los dos juicios que, anteriormente, se realizaron para encontrar una justicia que aún hoy es solo ilusión. Desde una instrucción paupérrima en los días y meses siguientes a la muerte de Paula hasta las inexplicables falencias que se dieron –solo por caso- en el resguardo de prueba y la valoración de la misma, el deficiente trabajo de los responsables del servicio de justicia sanrafaelino de entonces llevó a que esos procesos fueran anulados y se llegara a esta tercera instancia. No se reclamó entonces ni ahora que Graín sea condenado a como dé lugar, pero sí que quienes están encargados de aplicar la ley lleven adelante su tarea de manera comprometida y seria para establecer las reales responsabilidades en uno de los hechos que marca horrendamente nuestra historia como comunidad.
Es también esta una oportunidad para que la sociedad sanrafaelina en su conjunto reflexione e internalice el peligro de las micro y macro actitudes violentas que protagonizamos a diario y que, en demasiadas ocasiones, tienen a las mujeres como víctimas.
Y es también –y sobre todo- una oportunidad para que Nuri Ribota, la madre de Paula, pueda tener algo de paz después de casi dos décadas de luchar y sufrir no solo el arrebatamiento violento de la vida de su hija sino además por todas las injusticias que siguieron a aquel penosamente inolvidable 31 de octubre de 2003.
Ojalá cada uno de nosotros sepa aprovechar la oportunidad que nos toca…
