Crisis económica y primer empleo

En nuestro país, el grupo de jóvenes de entre 16 y 29 años es el más afectado frente a las tasas de inactividad, desempleo y pobreza, según advierte un informe sobre el mercado de trabajo elaborado por el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). En este marco, la tasa de desempleo en este grupo muestra una fuerte brecha con el resto de la población en actividad.
Respecto a la inactividad, el porcentaje de los llamados ni-ni (así denominados porque ni estudian ni trabajan) promedia un 15%. A esta situación se suma que muchos jóvenes no suelen conseguir empleos de calidad y terminan insertándose en el sector informal, ya sea como asalariado no registrado o como cuentapropista no profesional, puntualiza el reporte de IDESA.
En este preocupante escenario, mejorar las condiciones para que el mercado laboral absorba el desempleo joven es una deuda pendiente. Según IDESA, se debería avanzar con un proyecto de empleo joven que genere beneficios fiscales e incentivos para orientar a las empresas a la creación de puestos de trabajo para estas personas y también realizar un profundo cambio en la política educativa para que las escuelas y universidades formen personas que estén preparadas para trabajar sin problemas en el sector privado.
Frente a una realidad que muestra que los niveles de desempleo afectan en mucho mayor porcentaje a los jóvenes que al resto de la sociedad, pues en el primer trimestre del año la desocupación alcanzó el 24,9% en el caso de las mujeres de entre 14 y 29 años y 17% en varones de la misma franja etaria, la dirigencia tiene como una de sus tareas prioritarias el lograr una mayor inserción laboral formal de estos grupos de posibles nuevos trabajadores.
Pero más allá de esas necesarias políticas activas para favorecer el acceso al primer empleo, lo que necesita con más urgencia aún es reorganizar la economía en busca de un modelo que garantice un crecimiento sostenido que genere más puestos de trabajo. Así, conseguir empleo no será tan difícil.