Cuál es el trabajo que realiza la Unidad Ejecutora del Conicet y la UTN en Los Reyunos

En la zona de Los Reyunos funciona el Instituto de Evolución, Ecología Histórica y Ambiente, nombre de la unidad ejecutora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), y de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Sobre lo que es el trabajo que está desarrollando este organismo educativo, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, el arqueólogo Gustavo Neme.
El científico recordó que esta unidad ejecutora es la primera dentro de la provincia que se crea y que trabaja fuera del Gran Mendoza. “Es sumamente importante, porque nos permite a nosotros ya contar con una sede de Conicet en San Rafael, lo que implica además tener un presupuesto propio y la posibilidad de radicar investigadores, técnicos de Conicet y equipamiento. Esto ha sido un paso enorme que se ha dado en San Rafael en relación a la investigación científica”, dijo Neme y agregó: “Nuestro instituto tiene principalmente dos líneas de investigación, una es de Arqueología y la otra es de Paleontología. Nuestra alianza con la UTN, con la que se ha creado esta unidad ejecutora, ha ampliado también a líneas de investigación vinculadas al aprovechamiento del agua y a la planificación urbana de San Rafael”.
La razón por la que fue elegido Los Reyunos para que fuera base de la unidad ejecutora, es que “tiene varias ventajas: es un lugar tranquilo, lo que es muy bueno para los investigadores; es un lugar que cuenta con todas las condiciones para la instalación de los equipos; tiene buena disponibilidad de espacio también para la radicación de investigadores”. “La UTN tenía disponible ese espacio, nos dieron algunas alternativas y nosotros elegimos instalarnos ahí. De todas maneras, hay un grupo de investigadores y de técnicos que está trabajando en el campus de la UTN, cerca de la terminal de ómnibus”, explicó.
Recientemente han creado un laboratorio de isótopos estables, que es un equipo alemán de última generación que sirve para analizar muestras humanas y conocer vía análisis químicos de carbono y nitrógeno, qué tipos de recursos consumían, lo que “para los arqueólogos es sumamente importante”.
Los afectados en estas labores son alrededor de 12 investigadores y becarios de Conicet, y además hay cinco técnicos más, tanto de arqueología, paleontología y los que trabajan con sistemas de información geográfica que dan apoyo al grupo de investigadores. “Las tareas se realizan en el instituto por las características son muy variadas, hay mucho trabajo de campo, excavaciones, pero también de laboratorio, análisis de los materiales, preparación de las colecciones, obviamente la preparación de los manuscritos y trabajos científicos, además de distintas tareas vinculadas a los equipos especiales que tiene la unidad ejecutora”, destacó Neme.
Estas labores han sido de gran utilidad para conocer en mayor profundidad información ligada a la historia del territorio, porque por ejemplo, al encontrarse una punta de flecha, puede saberse exactamente de dónde provino la materia prima para confeccionarla.