Ahora que hablar de “desinformación” en materia de covid-19 se ha vuelto un tema recurrente, es interesante preguntarse quién está en verdad desinformando. El médico sueco Sebastian Rushworth inició un blog precisamente porque -en su opinión- aun las fuentes supuestamente serias de contenido médico en internet contribuyen con este fenómeno.
Más interesante todavía son sus análisis respecto de distintos aspectos vinculados con el coronavirus. Por ejemplo, en uno de sus más recientes artículos Rushworth se ocupa de evaluar si el covid es una amenaza real para los niños, tal como se han empecinado en hacer creer a la población.
Según destaca, luego de que muchos países han logrado vacunar a la mayoría de los adultos contra el SARS-CoV-2, el foco de la atención giró hacia la conveniencia o no de vacunar también a los niños. “Esto ha ido acompañado de un aumento de las afirmaciones en los medios de comunicación de que el covid es, de hecho, más peligroso para los niños de lo que se pensaba”, subraya.
Rushworth sostiene que la mayoría de la gente está de acuerdo en que los niños no deberían ser vacunados a menos que los beneficios para ellos superen los riesgos y que probablemente sea más fácil convencer a los adultos jóvenes de que se vacunen «por un bien mayor» (aunque, destaca, es casi seguro que no haya ningún beneficio para ellos personalmente), mientras que será más difícil convencer a los padres que dejen vacunar a sus hijos si no hay ningún beneficio real de esta vacuna para los niños.
“Esa es probablemente la razón del repentino aumento de los alegatos sobre el peligro que representa el covid para los niños”, afirma.
LAS VACUNAS Y SUS RIESGOS
En ese sentido, Rushworth hace hincapié en las crecientes pruebas de que las vacunas contra el covid pueden ser perjudiciales, tal como lo revelan los estudios de los CDC que indican que algunas de las vacunas causan un mayor riesgo de miocarditis (inflamación del músculo cardíaco), especialmente en niños y hombres jóvenes. “Esto se suma a los hallazgos anteriores de que algunas de las vacunas aumentan el riesgo de trastornos graves de la coagulación de la sangre, especialmente en mujeres jóvenes”, enfatiza.
”Recordemos que estas vacunas se inventaron hace poco más de un año. Es posible (de hecho, bastante probable) que haya nuevas revelaciones de daños en el futuro. Por lo tanto, si se quiere convencer a los padres de que dejen vacunar a sus hijos a pesar de estas crecientes pruebas de daño, hay que convencerles de que el covid es un peligro real para sus hijos”, insiste el médico.
¿Pero es esta enfermedad realmente peligrosa para los niños? Para responderlo, Rushworth toma cifras de las estadísticas de Suecia. Según detalla, en aquel país nueve niños (es decir, personas menores de veinte años) murieron hasta el momento de covid, de acuerdo con las estadísticas oficiales. “En total, 13.913 personas han muerto de covid en Suecia, lo que significa que las personas de 20 años o más constituyen el resto de las 13.904 muertes por covid”, precisa.
Actualmente hay unos 2.414.000 niños en Suecia. “Si dividimos el número de muertes por el número de niños, encontramos que el riesgo de haber muerto de covid para un niño sueco es del 0,00037% (uno de cada 268.000). Esto es después de un año y medio de pandemia”, explica y luego agrega: “Para ponerlo en perspectiva, en 2020 murieron 15 niños en Suecia en accidentes de tráfico. Así que el riesgo de que un niño en Suecia muera de covid durante la pandemia ha sido aproximadamente la mitad del riesgo de que ese niño muera en un accidente de tráfico”.
Además, resalta que, si bien Suecia tiene las rutas más seguras del mundo, los niños siguen teniendo el doble de probabilidades de morir en un accidente de tráfico que de morir de covid, aún “durante una pandemia furiosa”.
Para entenderlo desde otro ángulo, Rushworth pone de manifiesto que la población adulta de Suecia es de unas 7.980.000 personas y que el riesgo de que un adulto sueco haya muerto hasta ahora de covid es del 0,17%. “Como se ha mencionado, el riesgo de que un niño haya muerto por esta causa es del 0,00037%. Esto significa que los niños tienen 500 veces menos probabilidades de morir de covid que los adultos”, enfatiza.
RESPUESTAS
El médico también se ocupa de rebatir dos posibles contraargumentos a su afirmación de que el riesgo de morir por covid es infinitesimal. “El primero es que los niños pueden contraer covid de forma prolongada. Este argumento es débil. Se ha demostrado que el covid largo es raro en los adultos, y no hay razón para pensar que sea más común en los niños. De hecho, es casi seguro lo contrario”, expresa.
«El segundo contraargumento es que el covid puede causar síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C, por sus siglas en inglés) en los niños, la enfermedad parecida a la de Kawasaki por la que la gente se preocupó el verano pasado cuando se descubrió por primera vez”, prosigue.
Pero como contrapartida menciona que, según los CDC, en la actualidad se han producido 4.018 casos de MIS-C en Estados Unidos y que hay alrededor de 73.000.000 de niños en ese país. “Esto significa que el riesgo de que un niño en Estados Unidos haya padecido MIS-C hasta ahora es del 0,006% (uno de cada 18.000). En otras palabras, el MIS-C es raro. Y de los niños que tienen la desgracia de padecerla, más del 99% se recupera”, añade. Y continúa: “De los 73.000.000 de niños que hay en Estados Unidos, sólo 37 han muerto de MIS-C en el transcurso de la pandemia (uno de cada 1.970.000)”.
“Los niños hacen muchas cosas cada día que implican más probabilidades de morir, y ni siquiera nos inmutamos”, concluye.
En resumen, Rushworth subraya que el covid no es una amenaza para los niños. Al menos, no es una amenaza mayor que la de muchos otros riesgos que damos por sentados mientras dejamos que nuestros hijos corran alegremente, viajen en auto o crucen las calles. Y advierte: “Para que tenga sentido vacunar a los niños siendo este el caso, tiene que estar claro, más allá de cualquier duda razonable, que hay prácticamente cero riesgos asociados a la vacuna. ¿Por qué? Porque si la vacuna contra el covid se asocia con un riesgo de daño, aunque sea muy pequeño, entonces el riesgo asociado a la vacuna podría ser mayor que el riesgo asociado a la infección”.
“Dado que en la actualidad no está nada claro que la vacunación sea menos arriesgada para los niños que la infección, es muy poco ético vacunarlos”, enfatiza.
El médico indica que, si seguimos adelante y vacunamos a los niños porque esperamos que disminuya marginalmente el riesgo para los adultos (además de la reducción del riesgo que ya se observa al vacunar a casi toda la población adulta), entonces estamos poniendo en riesgo a nuestros hijos para nuestro propio beneficio. “Deberíamos ser nosotros los que asumiéramos los riesgos por nuestros hijos. No debería ser al revés”, alerta por último.
Fuente: La Prensa
