Los boliches mendocinos reabrieron sus puertas hace poco más de dos meses, cuando por DNU publicado el 2 de octubre se les permitió la reactivación luego de 19 meses de cierre total o funcionamiento como resto-bar con aforo al 50%.
Actualmente en Mendoza la reactivación «es aceptable», aunque no la esperada, porque según contaron a El Sol desde el sector, «la gente ahora busca salidas más tranquis».
Teniendo en cuenta la entrada en taquilla, dos latas de cerveza, el estacionamiento y una comida rápida a la salida, hoy en día se necesitan unos $2.000 para salir a bailar en Mendoza.
Dueños de boliches, relaciones públicas y encargados de comunicación y marketing de algunos locales coincidieron en que hubo un “boom” de gente las primeras semanas, pero que luego el interés bajó y que ya no hay tanta gente dando vueltas” en la noche mendocina. Que el rango entre los 25 y los 30 años «se alejó del boliche», y optan por patios cerveceros o bares.
«Hace algunas semanas decayó porque se activaron otros eventos como cenas de egresados y fiestas de fin de año, casamientos«, explicó Rodolfo Martínez vocero de la Cámara de la Industria del Entretenimiento Argentino de Cuyo (Idear), quien también percibe una migración de gente a opciones como patios cerveceros o «asados entre amigos».
Tendencias
Boliches al aire libre pueden funcionar al 100% de aforo, mientras los locales cerrados al 50%. Desde el primer día de apertura es excluyente presentar carnet de vacunación covid con esquema completo.
Las entradas para los boliches más concurridos en el Gran Mendoza rondan los $600 con consumición. También los $1.000 pero con lista previa que permite acceder al -50% de la tarifa de taquilla.
“Antes del cierre total de marzo de 2020, una lista costaba $100 y una entrada en taquilla $300”, recordó Fernando quien trabaja como relaciones públicas y comunicación y márketing desde hace una década. Aquí Martínez también apuntó que hay un incremento del 100% en las tarifas, que va de la mano con el 50% de inflación anual en el país durante los ultimos 24 meses.
Impuestos, permisos y habilitaciones, recursos humanos, técnica en estructura y seguridad fueron los ítems que enumeraron propietarios de boliches, uno de ellos Tito Bustos dueño Cariló, La Reserva y Garden, como los que han impactado en los precios de taquilla, aunque también apuntó el «tremendo» incremento en las bebidas alcoholicas, sobre todo las importadas.
«Las fiestas clandestinas son una competencia desleal y hay al menos 20 o 30 por noche. Nosotros pagamos muchísimos impuestos y habilitaciones y en estos eventos no hay ni baños», opinó Tito. Desde Diversión Nocturna, en tanto, señalaron que se detectan muchas menos: entre 4 y 5 por fin de semana.
Precios
En cuanto a la consumición de bebidas alcohólicas, tres propietarios de boliches coincidieron en que el mendocino ahora prefiere la cerveza y el Gin Tonic “muy por sobre el fernet con coca”, el favorito de otras épocas.
Una lata de cerveza ronda los $400, fernet para preparar $700, Gin $500, cerveza artesanal $300, combo de fernet + coca $3500, combo de Gin + tónica o pomelo $5000 y de wisky alrededor de $7000.
En cuanto a la comida, algunos ofrecen y otros no. Una pizza muzzarella de 8 porciones ronda los $900, un lomo o hamburguesa los $750, y una cerveza de litro los $500.
Los «carritos» de choripan o hamburgesas en la calle, a la salida de los boliches «ya no abundan como antes». Un chori con gaseosa se consigue por unos $500. Mientras que los «combos» en la cadena de hamburguesas internacional que permite comprar sin bajarse del automóvil ronda los $900.
En cuanto al estacionamiento, los cuidacoches están cobrando unos $200 pesos el auto.
En resto bar como el Ópium Garden, su dueño percibe que «la gente ahora come en su casa y luego va a bailar. Se toma una o dos cervecitas y gasta en promedio unos $900 pesos», contaron.
Las sunset
Esta propuesta de salida ofrece disfrutar de la puesta del sol (sunset) más fiesta, y es bastante elegida por quienes buscan un plan “tranqui”. El baile comienza alrededor de las 23. También como previa de una salida a boliche posterior.
Se multiplicaron a montones durante los meses de pandemia cuando los boliches estaban cerrados, afirmó Martínez.
Los precios de estas salidas varían depende la propuesta, pero comienzan desde los $700 en fincas o casonas, o $1200 en bodegas. También hay propuestas que incluyen comida y bebida por unos $5.000.
En las sunset, un trago nacional ronda los $500 y $750 los importados. Tal como contaron en boliches, el Gin Tonic es el trago más elegido, luego el Aperol y el fernet, “el caballito de batalla”. Los mojitos con vino blanco también están entre los favoritos en las sunset.
El boca en boca y las redes sociales son las vías de promoción de una modalidad que “enriquece la agenda mendocina”, opinó Simón Pendola quien organiza este tipo de eventos desde al menos tres años antes de que comenzara la pandemia por Covid.
“Actualmente han mermado. No hay tantas ni tampoco proyección. La época de oro fue durante la pandemia porque era el plan perfecto”, contó Simón.
El empresario, junto a otros entrevistados, coincidió en que fueron los dueños de boliches quienes impulsaron muchas sunset durante la cuarentena “pero ahora volvieron a abrir sus locales”, explicó.
Simón contó que antes de marzo de 2020 realizó sunset “épicas de más de mil personas”, pero que luego costó porque las sunset no podían ser masivas y luego porque hubo mucha oferta.
Desde una de las bodegas en Luján de Cuyo que cuentan con este servicio señalaron que «el públicado es variado, pero sí hay muchos jóvenes de 20 a 28 años y después se ve una franja de 35 años en adelante», reseñaron. Este último target es al que ahora están tratando de apuntar las bodegas con el sunset ya que tienen la capacidad adquisitiva para gastar entre $4 y $5 mil por persona. La apuesta de pasar una tarde en estos establecimientos con viñedos y montañas de fondo, hasta la medianoche, prendió en Mendoza principalmente porque «la gente puede ir a una bodega -antes se pensaba en gastar en un almuerzo de $6 mil para arriba-, y en segundo lugar, porque son al aire libre, es un efecto post covid«, definieron.
Fuente: El Sol
