Luego de transcurrir la etapa más dura de la pandemia durante el 2020 y gran parte del 2021, las cosas “volvieron a hacer como antes”, más allá de lo que pudo haber cambiado la enfermedad que tuvo en vilo a todo el planeta.
En ese contexto, los siniestros de tránsito también crecieron en relación a épocas donde el movimiento era menor, primero en función de las distintas restricciones que surgieron para evitar el avance de la enfermedad, además de los aislamientos que provocaban los contagios en las diferentes familias.
De acuerdo a la estadística de la Policía Vial, a días de concluir el 2022, en este ejercicio los incidentes viales aumentaron un 25% en relación al 2021. Consecuentemente hubo más personas lesionadas, aunque afortunadamente ese incremento no se vio reflejado en un crecimiento de las víctimas fatales.
Por otra parte, también aumentaron – a punto de duplicarse – las alcoholemias positivas que efectuó la Policía Vial durante distintos controles realizados en la vía pública. Es que el regreso “a la normalidad” también implicó el retorno de actividades sociales, tanto en ámbitos nocturnos como en lugares privados.
El pleno movimiento que recuperamos después de dos años que incluyeron extensos períodos de restricciones y aislamiento, vino acompañado de más incidentes de tránsito, una problemática que ha sido común a San Rafael en el último tiempo, incluso antes de la pandemia.
De hecho, en el 2020, en el período del aislamiento más estricto y en el que el movimiento fue mínimo durante varios meses, la noticia tuvo que ver con el bajísimo índice de incidentes viales, una realidad que sólo estuvo vinculada a la menor circulación de vehículos.
