Padre José Ceschi
Alexis Carrel fue un prestigioso médico francés, conocido, entre otros méritos, por su pionera actividad en el campo de los trasplantes de órganos y tejidos. En 1912 recibió el premio Nobel de Medicina. Católico práctico, fue hombre que hizo de la disciplina personal un estilo de vida. Por ello las palabras que siguen tienen valor testimonial:
«Nuestra gente necesita con urgencia nuevos aportes de disciplina, de moralidad y de inteligencia.
Debemos reconocer, con toda la vehemencia que nos sea dable, que la transformación del propio carácter es no sólo la preocupación más grata y provechosa del hombre sino también la contribución más importante que puede hacer a la sociedad.
Esta renovación de nosotros mismos es una empresa tridimensional. El maravilloso organismo humano es una trinidad de funciones: la física, la mental, la moral. Si hemos de experimentar la alegría de vivir plenamente y la de aportar nuestra contribución particular a la civilización, debemos disciplinarnos en estos tres planos de la vida. Si no alcanzamos una fusión potente de la mente y del espíritu, la sal de la vida pierde su mejor sabor.
El remedio que el hombre debe emplear en la reconstrucción de sí mismo es la disciplina. La disciplina extrae de nuestras células más profundas cantidades insospechadas de energías. Es esencial para el funcionamiento armonioso del hombre.
Al aplicar constantemente la disciplina cuando desempeñamos tareas enojosas o vencemos nuestros hábitos de pereza, generamos altos voltajes de poder. La práctica diaria de la disciplina y el sujetarse a ella, así en lo grande como en lo pequeño, por espacio de años, puede rehacer casi por entero la conducta de un hombre. Imponernos a nosotros mismos una cuota y un grado determinado de calidad en lo que hacemos; observar reglas inflexibles de tolerancia y consideración en las relaciones con los demás; reprimir nuestra inclinación a la indolencia y a los excesos en el comer, beber y fumar, son valiosísimos ejercicios, modeladores del carácter y de la voluntad».
Todo esto no suena muy del gusto de la tendencia actual. Y así nos va…
¡Hasta el domingo!
