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sábado 1, de abril , 2023

El conmovedor relato que permitió condenar a perpetua al autor de un doble crimen que ocurrió en Uspallata

“Este loco los atropelló, se los llevó por delante y los mató”, fue la frase que le dijo Jésica Jimena Maffei a dos policías y que empezó a comprometer a su pareja, Fernando Ariel Figueroa, por uno de los hechos de sangre más impactantes de los últimos años en Mendoza.

Eran cerca de las 10 del viernes 16 de abril de 2021 cuando los efectivos se desplazaron hasta ese la zona del cruce de las rutas 149 y 52, en Uspallata, al ser alertados sobre un automóvil con signos de haber protagonizado un accidente vial.

Junto al rodado, un Renault Scenic, se encontraban un hombre y una mujer. Figueroa intentó convencer a los uniformados de que sufrieron un siniestro al impactar contra un animal. Pero a Maffei se la notaba nerviosa y no paraba de llorar.

La mujer no soportó más guardar el secreto y apartó a uno de los funcionarios, a quien le pidió ayuda y le reveló que su concubino había asesinado a una pareja de amigos, con los que habían comido un asado horas antes en la zona. Básicamente, dijo que discutió con ellos, los atropelló y luego los remató con un hacha.

Las víctimas eran Cristian Fernando Ivars (45) y Adela Raquel Rodríguez (46). Ambos fueron encontrados pasadas las 6 de ese día, tendidos a la vera del corredor internacional. Junto a ellos estaba el arma homicida.

A la mujer la hallaron muerta, con lesiones coincidentes al impacto de un vehículo y con profundos cortes en el cráneo; mientras que su novio se encontraba con vida. El hombre tenía lesiones similares y lo internaron en el Hospital Central. Sin embargo, su cuerpo no resistió y terminó falleciendo cuatro días después.

El relato de Maffei fue clave para que los detectives reconstruyeran el doble crimen. La pareja de Figueroa no sólo les reveló con detalles lo sucedido a los policías, sino que también ratificó esos dichos en el expediente liderado por la fiscal de Homicidios Andrea Lazo.

Este miércoles, casi dos años después del hecho de sangre, la causa quedó cerrada luego de que Figueroa reconoció la autoría durante un juicio abreviado final que acordaron entre su defensa y la Fiscalía.

El juez Horacio Cadile, del Tribunal Penal Colegiado Nº 2, homologó el pacto entre las partes y dictó la sentencia de prisión perpetua por el delito de homicidio agravado por la alevosía (dos hechos) en concurso real con amenazas agravadas por el uso de armas.

De esta forma, Figueroa evitó enfrentar un juicio por jurado, y la exposición mediática de esos procesos, en el que tenía pocas chances de que le dieran una pena menor, ya que estaba acorralado por las pruebas.

En detalle

El Sol accedió a la declaración testimonial que aportó Jésica Maffei en el expediente del doble crimen.

La mujer relató que el jueves 15 de abril de 2021, cerca de las 16.15, Ivars y Rodríguez llegaron hasta su casa de Godoy Cruz. Esta última le había ofrecido unas calzas porque se dedicaba a la venta de ropa.

Las dos mujeres se conocían a través de sus respectivas parejas, quienes eran amigos desde hacía unos 15 años.

Al parecer, mientras ellas miraban las prendas y conversaban, los hombres planeaban ir a comer un asado a alta montaña. Cerca de las 20, los cuatro salieron a bordo del auto de la madre de Figueroa.

En el camino los dos amigos ya iban consumiendo fernet con coca. Se dirigieron hasta la zona de Cacheuta, atravesaron los túneles y hasta se sacaron fotos en le perilago.

Luego, continuaron con su recorrido y le consultaron a unos policías por un lugar para prender el fuego. Para ese entonces, Figueroa e Ivars se encontraba alcoholizados, recordó Maffei cuando declaró en el expediente.

Debido al estado de ebriedad que tenía, su pareja se equivocó varias veces de camino y hasta llegó a tomar la ruta 7, en dirección a Chile. Sus acompañantes le señalaban sus errores, pero este respondía siempre con violencia.

En un momento, perdió el dominio del rodado y casi impactó de frente con un camión. Ivars intentó calmar a su amigo, regresaron a una estación de servicio y unos policías los terminaron acompañando al lugar donde podían hacer fuego para el asado.

Maffei contó que allí cenaron y los dos varones seguían tomando fernet, así como también cree que consumieron algún estupefaciente porque “aspiraban algo”.

Al cabo de algunos momentos, emprendieron regreso y a partir de allí comenzó una secuencia con momentos de tensión y temor.

Desde que decidieron volver, tanto Maffei como la pareja de amigos le pidieron a Figueroa que no manejara, ya que estaba borracho. Pero él se negó y tomó control del Renault Scenic.

Apenas salieron, el hombre se volvió a equivocar de camino: “Te estás yendo para Chile”, le dijo Cristian y ambos empezaron a discutir a los gritos.

Eso provocó que Figueroa frenara bruscamente el rodado. Ivars y su pareja se bajaron, cruzaron la ruta y la mujer se ocultó en unos arbustos, invadida por el miedo. Maffei quiso seguirlos, pero su pareja la frenó por la fuerza y la metió al auto diciéndole “vos no te vas a ningún lado”.

La mujer explicó que su cónyuge llamaba a los gritos a sus amigos, pero ellos no respondían. Acto seguido, se subió al auto y estuvo cerca de media hora haciendo maniobras para enderezarlo.

Maffei aprovechó la situación y llamó con su celular a Rodríguez. Llorando y angustiada, les preguntó dónde estaban y les pidió que no se fueran caminando solos. En ese instante, su pareja le sacó el teléfono, Ivars le respondió y discutieron una vez más.

Luego, Figueroa arrancó el auto, inició su trayecto de vuelta y en el camino se cruzó a sus amigos. El hombre los pasó, frenó delante de ellos para interrumpirles el paso y les exigió que subieran al auto.

Ivars se negó, lo insultó y le dijo: “A vos no te importa ni tu hijo”. Según las palabras de Maffei, esa situación sacó de quicio a Figueroa, subió al vehículo, aceleró a toda velocidad y atropelló por la espalda a las dos víctimas, que iban tomadas de la mano.

Rodríguez quedó delante del vehículo, impactando contra el capot y el parabrisas; mientras que Ivars salió despedido y quedó tendido a algunos metros. La testigo señaló que “nunca podrá sacarse esa imagen de la cabeza”.

Seguidamente, Figueroa tomó un hacha y un martillo que siempre llevaba en medio de los dos asientos delanteros. Bajó del auto, fue hasta donde estaban Rodríguez e Ivars y los golpeó a ambos con el hacha en la cabeza.

Mientras lo hacía, las dos víctimas se quejaban del dolor y la desesperación, aseguró Maffei. La mujer le reclamó conmocionada a su pareja “¡Que hiciste, que hiciste!”, pero este la obligó a subir a su auto. Habían pasado algunos minutos de las 2 del viernes 16.

Después de dejar abandonados y al borde de la muerte a sus amigos, Figueroa tomó la ruta hacia Chile, pasó los túneles y llegó hasta Uspallata. En el camino, le repetía a su novia “perdoname por favor, perdoname”.

Finalmente, se metió por una huella y su vehículo quedó sin nafta. Lo empujaron hasta llegar a una casa y pidieron auxilio a una vecina. Allí fue donde llegaron los policías y Maffei terminó revelando el doble crimen, donde inicio a la investigación que terminó este miércoles con la condena contra Figueroa a la máxima pena.

Fuente: El Sol

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