El Departamento General de Irrigación, a través de su área de prensa, negó que vaya a restringir el volumen de agua destinada para uso agrario. Fue luego de muchas especulaciones e incluso artículos periodísticos que anticipaban esa decisión y que este martes iba a ser anunciada.
“El Departamento General de Irrigación comunica que, frente a la escasez de agua, el organismo evalúa de qué manera hacerle frente a esta grave situación, pero niega que se haya tomado la decisión de restringir el agua para el agro. Ni para el agro, ni para ninguno de los otros usos: abastecimiento poblacional, uso recreativo, uso público e industrial”, indicó en el comunicado el organismo que conduce Sergio Marinelli.
“No obstante, la falta de agua ha llevado a que ya haya restricciones en la entrega de agua, disminuciones naturales, consecuencia directa de los bajos volúmenes o caudales que se han presentado en el último trimestre en todos los ríos de la Provincia”, especificó el documento.
Finalmente, desde el DGI aclararon que “la distribución de agua se ha hecho entregando la totalidad del agua con destino al uso humano (poblacional, sin disminución). Mientras el volumen de agua restante ha sido distribuido en forma equitativa entre los otros usos”.
El comunicado surgió ayer, luego del preocupante documento que el organismo hizo público el pasado viernes en su sitio web y en el que aseveró que “no existen registros de una crisis hídrica como la que actualmente se atraviesa”.
El alcance de la crisis
En la gacetilla divulgada el viernes, Irrigación afirmó que “hubo menos nieve y respecto a un año promedio, hay un 30 por ciento menos de agua”. Asimismo, dio a conocer que el titular del área, Sergio Marinelli, encabezó reuniones donde se evaluaron medidas para paliar las consecuencias de la grave crisis hídrica que afecta a Mendoza.
El superintendente detalló que “el embalse Potrerillos se encuentra en a un 60% de su capacidad y es el que mejor está en su nivel de agua. Pero el alto porcentaje de agua para el uso poblacional es muy preocupante. En el río Mendoza, que abastece al Área Metropolitana, el agua potable se está llevando casi el 40% del volumen total del río y esto genera que se deban aplicar restricciones en otros usos, como el agro”.
Quien fue contundente en sus declaraciones fue el director de Gestión Hídrica de Irrigación, Rubén Villodas, al admitir que “estamos más complicados de lo que creímos en octubre pasado, cuando anunciamos el pronóstico de caudales de los ríos”.
“Hay un 30 por ciento menos de agua. Los caudales no han subido y cuando lo han hecho ha sido muy poco. Hoy estamos con caudales similares a noviembre. La situación de los embalses es bastante crítica”, sentenció el funcionario.
Agregó, con mucha preocupación, que “estamos en una situación extrema. No hay registros similares a estos caudales en la historia de registros que tenemos. El pronóstico que hacemos desde Irrigación es estadístico y no hay estadística de estos niveles, ni del volumen de nieve, que es en lo que basa dicho pronóstico. Cuando se pronostica un año normal, el error va de un 5% a un 10%. Ahora el margen de error es el doble, un 20%”.
Desde el organismo detallaron que el registro de datos varía según el río. Por ejemplo, los informes del Atuel arrancaron en 1907, pero del Mendoza en 1957.
“Ahora nos encontramos con que lo que habíamos previsto, que era malo, ahora es peor. En cualquier año medianamente normal, a fines de noviembre los caudales aumentan y se equiparan los ingresos de los embalses con las salidas”, dijo también Villodas.
“Se riega desde agosto hasta noviembre, cuando el nivel de los embalses baja. Nuevamente, a fines de ese mismo mes, empiezan a subir los caudales y los embalses a recuperarse. No obstante, en 2019 eso no sucedió. En diciembre levantaron un poco y bajaron de vuelta. En enero, lo mismo. No hay nieve. No creo que vuelvan a subir significativamente”, finalizó.