Gracias a la tecnología es que podemos seguir comunicados y las instituciones pueden continuar con su programa educativo a través de aplicaciones y plataformas que permiten hacer videollamadas, enviar y recibir archivos y realizar intercambios en línea. En este contexto de emergencia social, la educación debe repensarse y adecuar sus recursos pedagógicos para poder hacerle frente a la crisis. Se trata de un proceso que involucra tanto a alumnos como docentes, así como también a los padres, que deben adaptarse a la nueva modalidad y asumir el rol de “guías” del aprendizaje de sus hijos. Pero, además, involucra al sistema educativo y al Estado, quienes deben garantizar el acceso democrático a la tecnología para que ningún chico se quede afuera del nuevo paradigma.
En estos tiempos, es el desafío de todos que internet se transforme en una verdadera ventana al mundo, en vez de una barrera o un motivo de exclusión para las personas que no pueden acceder a ella.
Otro desafío que debemos enfrentar con responsabilidad, es el cuidado de la huella digital, es decir, el cuidado y la privacidad de nuestra información personal y la de otras personas, protegiendo nuestras interacciones y tomando los recaudos necesarios para que el proceso de digitalización pueda vivirse de manera confortable y segura.
En definitiva, es importante que transitemos este camino asumiendo una actitud de ciudadano digital responsable, cuidando nuestra huella digital y siendo conscientes de que, además de todos los beneficios que ofrece, internet también puede representar un peligro si no hacemos un uso adecuado de esta tecnología. De esta forma podremos sacar el máximo provecho a las posibilidades de comunicación y de acceso que nos ofrece.
Fuente: Ambito