El maltrato infantil y de adolescentes sigue vigente

En todo 2021, en Mendoza se recibieron 14.334 llamados al 102, línea telefónica que brinda un servicio gratuito y confidencial de atención especializada sobre los derechos de niñas, niños y adolescentes ante situaciones de amenaza, vulneración de derechos, o ante la necesidad de asesoramiento o información. Del total, 2.000 dispararon dispositivos de abordaje. Las cifras evidencian que nuestra provincia se encuentra al tope en cantidad de llamados, lo que puede traducirse en una mayor cantidad de casos y/o en más gente que los plantea.
Esa faceta, preocupante y denigrante para nuestra sociedad, es solo una parte de la complejidad de las situaciones de maltrato que a diario afectan a nuestros niños, niñas y adolescentes y que hace que se requieran equipos interdisciplinarios especializados en la temática, articulando interinstitucionalmente distintas estrategias de intervención para la atención y la restitución de los derechos vulnerados.
El maltrato físico incluso puede llegar a la muerte, en especial cuando son niños o niñas pequeñas y no tienen la herramienta del lenguaje para denunciar lo que están viviendo. El maltrato emocional a veces está naturalizado, como las humillaciones, los insultos, etc. Los abusos sexuales son los delitos contra la integridad sexual de los menores y el síndrome de Munchaussen es una patología que posee quien cuida al niño o niña, que es poco frecuente e implica inventar síntomas a los niños o niñas y eso implica la intervención de las instituciones. Todas ellas, y otras, son las caras visibles de un fenómeno preocupante y angustiante.
Al Estado le corresponde abordar este tipo de circunstancias, pero también es responsabilidad del resto de la sociedad civil detectar, evidenciar y denunciar estos hechos. Quienes conozcan alguna de estas situaciones, deben denunciarla ante los entes penales correspondientes o dar aviso en la línea 102. El flagelo –como quedó dicho– ya es lo suficientemente extendido como para arañar el entramado social y afectar sustancialmente el porvenir de las generaciones más jóvenes.