El papa Francisco pidió hoy que los sacerdotes estén «en medio de la gente» y tengan «cercanía con el pueblo», al inaugurar un congreso sobre la «Teología fundamental del sacerdocio» en el Vaticano.
«Muchas veces he señalado cómo la relación con el Pueblo Santo de Dios no es para cada uno de nosotros un deber sino una gracia», planteó el pontífice este jueves en el Aula Pablo VI del Vaticano, ante más de 500 cardenales, sacerdotes y obispos de todo el mundo.
«Es por eso que el lugar de todo sacerdote está en medio de la gente, en una relación de cercanía con el pueblo», les dijo Jorge Bergoglio a los participantes del encuentro organizado por la Congregación para los Obispos.
En su discurso, el Papa les pidió que vivan y desempeñen sus funciones » en estrecha relación con la vida real de la gente, junto a ella, sin ninguna vía de escape».
El pontífice les pidió a los sacerdotes que estén cercanos a las personas para «caminar no como un juez sino como el Buen Samaritano que reconoce las heridas de su pueblo, el sufrimiento vivido en silencio, la abnegación y sacrificios de tantos padres y madres por llevar adelante sus familias, y también las consecuencias de la violencia, la corrupción y de la indiferencia que a su paso intenta silenciar toda esperanza».
Bergoglio enmarcó su discurso en un contexto en el que, planteó, «una de las características cruciales de nuestra sociedad de redes es que abunda el sentimiento de orfandad».
«Conectados a todo y a todos falta la experiencia de pertenencia que es mucho más que una conexión. Con la cercanía del pastor se puede convocar a la comunidad y ayudar a crecer el sentimiento de pertenencia», aseveró.
La pandemia también formó parte del discurso del Papa, que afirmó ante los participantes del Congreso que «el tiempo que vivimos es un tiempo que nos pide no solo detectar el cambio, sino acogerlo con la conciencia de que nos encontramos ante un cambio de época».
«Si teníamos dudas sobre esto, el Covid lo hizo más que evidente ya que su irrupción es mucho más que una cuestión sanitaria», reflexionó al abrir el seminario que tratará también la cuestión de los ministerios reservados a la mujer dentro de la Iglesia, entre otros temas.
En tono autorreflexivo, Francisco reconoció también los «distintos estados y momentos» por los que pasó en sus 50 años de sacerdote.
«Personalmente he pasado por distintos estados y momentos y rumiando las mociones del espíritu constaté que en algunas situaciones, inclusive en momentos de pruebas, dificultades y desolación, cuando vivía y compartía la vida de determinada manera, permanecía la paz», sostuvo en ese marco.
«Nada de teoría en este discurso, les hablo de lo que viví», expresó en esa dirección.
