El primero de los tres debates entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su rival demócrata a la Casa Blanca, el ex vicepresidente Joe Biden, se celebró en esta ciudad de Ohio, saliéndose una y otra vez de lo estipulado.
Fue la primera ocasión en la que Trump y Biden se vieron las caras desde que comenzó la campaña, lo que, sumado a la escasez de actos electorales presenciales debido a la pandemia, había disparado la expectación de los medios y el público.
Tal como se esperaba se cruzaron duras acusaciones y epítetos, y se interrumpieron una y otra vez, a pesar de que se habían comprometido a respetar las respuestas de dos minutos de sus rivales. Se trataron de racista, inepto y mentiroso, mutuamente. Dieron pruebas de mala educación.
Al fin y al cabo, la definición más sustancial la dio el líder opositor: anunció que de ser electo eliminará la rebaja de impuestos que ha implementado Donald Trump y una estricta cuarentena para lidiar con el nuevo corona virus. Prometió también siete millones de empleos nuevos y un compre nacional.
Biden, con una sonrisa socarrona, acusó a su rival de maquinar la destrucción del Obamacare, beneficiar a los multimillonarios, ser un títere de Putin. y administrar mal la pandemia. Lo llamó «payaso» y lo responsabilizó de miles de muertos. «Tenemos sólo el 4 % de la población pero el 20% de las muertes en el mundo por covid», disparó el ex vicepresidente. «Porque en China y Rusia cuentan los muertos los dictadores», respondió filoso el jefe de la Casa Blanca.
Trump dijo que «Joe lleva 47 años viviendo del Estado, tuvo bastante tiempo para lograr lo que se propone». Lo enrostró las acusaciones de corrupción que salpican a sus hijos y recordó que ninguna agrupación de agentes de la ley lo apoya. Una y otra vez lo tildó de «socialista». Su rival lo tachó de ser «el peor presidente en la historia de Estados Unidos» y sacó a la palestra las cifras ridículas que ha pagado Trump al fisco.
El moderador Chris Wallace, conductor de Fox News, le preguntó al jefe de la Casa Blanca: «¿Es verdad que pagó sólo pagó 750 dólares de Impuesto a las Ganancias en 2016/2017?».
Trump respondió: «Pagué millones de dólares en impuestos, pero no en Ganancias porque al ser un constructor lo pude descontar invirtiendo gracias la las leyes que los mismos demócratas crearon».
LOS DETALLES
Fueron pues 90 minutos de agrio debate y falta de cortesía, aunque sin interrupciones publicitarias en la Western Reserve University de Cleveland.
Originariamente previsto en la University of Notre Dame, que luego se echó atrás a causa de la pandemia de coronavirus, el primer debate estuvo centrado en seis temas, elegidos por Wallace: las experiencias y condiciones de Trump y de Biden, la Corte Suprema, el covid-19, la economía, la cuestión racial y la violencia en las ciudades, así como la integridad electoral (hay polémica con los votos por correo).
Los debates presidenciales por lo general son algunas de las noches más emocionantes de la temporada electoral, y atraen a una multitud que incluye a miles de miembros del personal, medios de comunicación e invitados. Pero este año, tal como ha sucedido con casi todo lo demás, las cosas fueron muy, muy distintas, con una larga lista de precauciones.
El público fue limitado a 80-90 personas, las cuales fueron sometidas a pruebas de covid-19.
Los equipos de campaña de cada candidato recibieron 20 boletos cada uno para repartir entre sus invitados, indicó el jefe de despacho de la Casa Blanca, Mark Meadows. Entre los invitados de Trump se encontraron su esposa, Melania, y sus cuatro hijos adultos.
La cita de Cleveland fue el primero de tres debates. El próximo será el 15 de octubre en el Adrienne Arsht Center for the Performing Arts de Miami, Florida, y será moderado por Steve Scully de C-Span; y el tercero y último está programado para el 22 del mes próximo en la Belmont University de Nashville, Tennessee, bajo la conducción de Kristen Welker de NBC.
