El Ser Humano, el Agua y los Plásticos

Todos los 22 de Marzo se celebra el Día Mundial del Agua. Originada la fecha en conmemoración a la reunión de Medio Ambiente llevada a cabo en Río de Janeiro en 1992. Es un día para la reflexión y reafirmación del cuidado hacia el líquido vital que permite la vida en el planeta; es un día en que deberíamos hablar con nuestros hijos en los hogares y alumnos en las escuelas sobre la importancia de proteger las fuentes de agua y promover el uso racional de la misma. Pero ¿qué tanto cuidamos el agua en la vida real?, es una gran pregunta y a veces muchos humanos actúan, conscientes o por ignorancia, contaminándola en actos de nuestra vida cotidiana. El mayor foco de contaminación del agua a nivel mundial está dado por el plástico en todas sus formas pero, principalmente por la descomposición de los mismos en micropartículas, precisamente, llamadas microplásticos. Una simple bolsita plástica que se tira en la calle es un foco contaminante, una botella de ese material arrojada en la acequia también lo es, lo ha determinado la ciencia en ese aspecto; un envase de esta naturaleza ante la acción del viento va golpeando en distintos obstáculos y cada vez que lo hace pierde moléculas que van quedando en el suelo y por el accionar del mismo viento o la lluvia cae en las acequias, canales de riego, arroyos o ríos y contaminan el suelo donde cultivamos nuestros alimentos y cuando los ingerimos estamos ingresando a nuestro cuerpo partículas plásticas que tarde o temprano nos afectará lamentablemente. Otros microplásticos seguirán río abajo hasta llegar al océano donde contaminará a cualquier animal marino que allí se desarrolla. Estudios realizados por la ciencia tomando muestras de agua en diferentes partes de los mares demuestran la existencia de microplásticos en la Antártida, en el Ártico y en toda la masa oceánica mundial. La situación es preocupante a nivel global. Estas pequeñas partículas se unen al plancton, microorganismos errantes que abundan en las masas de agua de todo el mundo que a la presencia de luz solar se transforma en fitoplancton materia orgánica que es la base de la alimentación de los animales marinos que al ingerirlos junto a los microplásticos comienzan la cadena contaminante que a través de la pesca llega a nuestras mesas con las consecuencias explicadas anteriormente. Pusimos el ejemplo de una bolsita o botella plástica; en la realidad son miles y miles de envases plásticos que uno puede ver tirados en nuestras calles, veredas, acequias, etc en cualquier ciudad o pueblo de nuestro país o en el mundo entero. Según estudios profundos de la ciencia hacen suponer que todos los seres humanos y los animales poseemos microplásticos en nuestros cuerpos. Si tomamos conciencia de lo analizado, lo cual está respaldado por la Organización Mundial de la Salud y equipos científicos de nivel mundial, deberíamos analizar nuestro comportamiento al tener en nuestras manos un elemento plástico, si seguimos el procedimiento para su reciclado o si somos de los que lo tiramos sabiendo que es un foco contaminante tan poderoso. Como sociedad deberíamos tomar el compromiso de exigir a las autoridades para que se legisle en pro de erradicar la fabricación de envases plásticos de un solo uso definitivamente. La posibilidad de tener un planeta sano está en nuestras manos todos los días. Animémonos a cuidarlo. por Enrique Mario Barrera