La disponibilidad de agua esta temporada es bastante más baja que la habitual y se busca el aprovechamiento máximo del uso de la misma teniendo en cuenta que todavía falta pasar toda la temporada de verano.
En este marco, según los datos aportados por el Departamento General de Irrigación, más del 90% del agua disponible en las cuencas del río Atuel y el río Diamante tienen como finalidad el uso agrícola.
Si bien el principal uso del recurso tiene como objetivo el consumo humano y el riego, una de las cuestiones en las que se está trabajando es en mejorar la eficiencia en la distribución del recurso hídrico, ya que por las formas de riego, la falta de tecnificación e impermeabilización en las redes.
Los números marcan que entre las dos cuencas sureñas destinan el 91,5% de su agua a abastecer el riego de productos agrícolas.
El que más agua para fincas destina es el río Atuel, incluso en toda la provincia de Mendoza. Los balances de Irrigación marcan que el 98% del agua está dirigida al riego agrícola, mientras que el consumo humano se lleva el 1% y las actividades recreativas e industriales el 1% restante.
En lo que respecta al Río Diamante la cifra es un poco más baja. Los datos del DGI marcan que el 85% del recurso disponible el agro, mientras que 4% es para la población y el otro 11% restante se divide entre propuestas industriales (bodegas principalmente), recreativas y turísticas.
EN LA PROVINCIA
Hay que destacar que el Atuel es el que destina la mayor parte de su agua para el riego de fincas con el 98%, seguido por el Tunuyán Inferior (que abastece principalmente a distritos del Este Provincial) con el 97%.
Más abajo se encuentran el Diamante y el Tunuyán Superior (riega la zona de Valle de Uco) que destinan ambos el 85% del total a las fincas.
Diferente es la situación del Río Mendoza y el Malargüe donde apenas el 59% y 52% del agua es usado para el agro. En el primero hay más de un 33% destinado al consumo humano, mientras que en el Malargue aumenta el uso recreativo llegando al 31%.
