En San Rafael también se celebró una misa en honor al Papa emérito Benedicto XVI

El pasado sábado 31 de diciembre, murió a los 95 años Benedicto XVI, el Papa teólogo que revolucionó la tradición vaticana con su renuncia y que, así, le dejó su lugar al Papa Francisco. A raíz de aquello, en diversos puntos del mundo se celebraron misas, más allá de la principal que tuvo lugar en el Vaticano. San Rafael fue uno de esos lugares.
El Papa emérito Benedicto XVI (Joseph Ratzinger), murió el sábado en el monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano, donde residía desde su histórica renuncia al pontificado en 2013. Desde que su cuerpo llegó para su despedida a la Basílica de San Pedro, decenas de miles de personas oriundas de todo el mundo fueron a darle el último adiós.
El martes, el administrador apostólico Carlos María Domínguez fue el encargado de celebrar la Eucaristía en la Catedral San Rafael Arcángel, frente a alrededor de 50 fieles que concurrieron. Desde el Obispado local consideraron que era necesario celebrar esta misa, “ante la sensible noticia de la partida a la Casa del Padre del Papa emérito Benedicto XVI”. “La Diócesis de San Rafael pide al Señor de la Vida que le conceda el premio que tiene destinado para los que lo aman, al mismo tiempo que le da gracias por su ministerio petrino, pastoreando a la Iglesia durante 8 años (2005-2013) con su testimonio de fidelidad, humildad y sabiduría”, expresaron a través de la invitación difundida.
Según pudimos comprobar, en la Catedral no había sólo sanrafaelinos, sino también algunos turistas que en el marco de su recorrido por el centro local decidieron también participar de la celebración religiosa.
En sus palabras, el administrador apostólico destacó la importante figura de Benedicto XVI, su compromiso por la fe, su amor por Dios y por la humanidad, como así también la sabiduría demostrada.
Cabe decir que el Papa emérito Benedicto XVI será sepultado en las criptas vaticanas, justo en el sitio de la antigua tumba donde fue ubicado primeramente el cuerpo de Juan Pablo II tras su muerte. La tumba se encuentra vacía desde el año 2011, cuando el cuerpo de Karol Wojtyla, nombre secular del ex-pontífice Juan Pablo II, fue trasladado al interior de la basílica de San Pedro tras su beatificación el 1 de mayo de 2011, la cual fue ordenada por el propio Joseph Ratzinger, su sucesor.