Es con todos… y todas

El lunes, el presidente Alberto Fernández recibió el respaldo de representantes de los empresarios y de los trabajadores a la propuesta de renegociación de la deuda pública en una reunión que se desarrolló en la residencia de Olivos. Empresarios y trabajadores se mostraron preocupados, sin embargo, por el impacto de un eventual default. Mañana vence la oferta del ministro Martín Guzmán a los bonistas. El 22 de este mes se termina el plazo de gracia para cancelar vencimientos incumplidos y podría significar la entrada en cesación de pagos. El “Grupo de los Seis”, que integran industriales, bancos, campo, construcción, valores y comercio remarcó en un comunicado el apoyo a la estrategia oficial y afirmó que una solución «permitirá generar un escenario de previsibilidad macroeconómica que promueva la inversión privada y la creación de empleo».
Algo llamó la atención de la foto oficial que se publicó del encuentro: no había mujeres. La situación llevó, incluso, a la crítica de la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra, quien a través de Twitter reclamó: «Ninguna reunión de personas empresarias y sindicalistas con el gobierno está completa sin mujeres. Somos parte central del mundo empresarial, del trabajo, de la creatividad y de la búsqueda de soluciones. Somos imprescindibles para poner a la Argentina de pie».
La lucha por la igualdad entre géneros tiene décadas en el mundo y en nuestro país. En momentos como estos, cuando el aporte de todos es imprescindible, la participación de los hombres y las mujeres argentinas debería ser justa y equitativa. A lo largo y ancho del planeta la importancia de las dirigentes es palmaria (Ángela Merkel en Alemania, Jacinda Ardern en Nueva Zelanda, Tsai Ing-wen en Taiwán, Katrín Jakobsdóttir en Islandia, Sanna Marin en Finlandia, Erna Solberg en Noruega y Mette Frederiksen en Dinamarca son solo algunos ejemplos). Cuando se dice que la salida a la crisis es “con todos”, también deberían incluirse –en los hechos– a todas.