Es necesario achicar la brecha digital

Un decreto del Ejecutivo nacional publicado la semana pasada confirma que se aprobó el modelo de convenio de préstamo del Banco Mundial por 80 millones de dólares, para asistir financieramente a la Argentina con el fin de cooperar en la ejecución del Proyecto de Inclusión Digital e Innovación de los Servicios Públicos. Se trata, por cierto, de una buena noticia ya que la brecha digital, como se denomina a la distribución desigual en el acceso a dispositivos y herramientas tecnológicas de la información y la comunicación, aún está presente en todo el país.
Según un informe preparado por la Cámara Argentina de Internet (Cabase), cuando irrumpió la pandemia en Argentina la penetración de internet fija por cada 100 habitantes en el país era del 63 por ciento, pero en ocho provincias ese indicador caía a menos del 40%. Además, para el 27% de los hogares argentinos, el costo de tener conexión a internet representaba una carga significativa para el bolsillo familiar. Un informe del Observatorio Argentinos por la Educación, también del año pasado, mostraba un panorama similar: de cada 100 hogares argentinos, al menos 37 no tenían acceso a un servicio de internet fijo, lo que limitó las posibilidades de chicos y adolescentes de los sectores con menos recursos de continuar sus estudios a distancia durante la cuarentena.
Para los expertos, la revolución digital que experimenta el mundo hizo que la disponibilidad de conexiones de calidad de internet se transforme en una especie de base que sirve para el ejercicio pleno de otros derechos fundamentales, como el acceso a la salud, la educación y la cultura, entre otros.
El acceso a internet y lograr un servicio de calidad son una utopía en muchas regiones de nuestro país y no hay que irse demasiado lejos para saber que la universalización de la conectividad es un ideal aún lejano.
Garantizar el acceso a conexiones y otras herramientas tecnológicas para todos los ciudadanos no solamente contribuye a dinamizar las economías, sino que es un paso más en el camino hacia lograr una sociedad más justa, inclusiva y con igualdad –al menos en parte– de oportunidades.