Desde fines de junio, Nehemías Miguel Eskers es buscado por el asesinato del futbolista Lucas Amarilla, ocurrido en el barrio Santa Teresita de Las Heras. Se trata del único de los cinco sospechosos que resta por detener en la causa que lidera el fiscal de Homicidios Carlos Torres y que tiene bajo la mira a la banda de los Canavis.
Pero esa no es el único hecho que lo tienen comprometido con la Justicia, ya que en enero fue acusado de arrojarle un ladrillo a una movilidad policial que estaba patrullando la citada barriada lasherina, provocando daños en el parabrisas.
El joven, de 20 años, quedó en libertad debido a que se trataba de un hecho menor, a cambio de cumplir con una serie de reglas de conducta. Hace algunos días, debía asistir a una audiencia a la que fue citado por ese expediente, pero nunca se presentó.
Por ese motivo, el fiscal de Delitos No Especializados Juan Manuel Sánchez lo declaró en rebeldía y solicitó su detención, por lo que ahora sumó un nuevo pedido de captura.
La información a la que accedió El Sol sostiene que ese hecho, por el que ahora también es buscado, ocurrió el 15 de enero alrededor de las 23.20.
A esa hora, un móvil Chevrolet Prisma de la Unidad Especial de Patrullaje Las Heras (UEP) circulaba por calle Alsina, en el interior del Santa Teresita.
Cuando pasaba frente a una escuela abandonada, le arrojó un ladrillo al parabrisas y le provocó roturas en el sector medio inferior izquierdo del cristal y hundimiento y desprendimiento de pintura en el marco izquierdo, determinaron los peritos de la Policía Científica.
Por eso, Eskers fue detenido e imputado por daño agravado por ser provocado sobre un bien de uso público. Al poco tiempo volvió a las calles por ser un delito excarcelable y porque no contaba con ningún antecedente previo.
Poco más de cinco meses más tarde, quedó sindicado como uno de los seis tiradores -hay uno no identificado- que actuaron en la balacera que terminó con la vida de Amarilla.
En esa causa ya se encuentra detenidos cuatro miembros de la temida gavilla conocida como los Canavis: Franco Jesús Villalba Quiroga, alias Macaco; su medio hermano Roberto Armando González Quiroga, conocido como el Flaco Robert; su sobrino Jesús Sebastián Villalba Elizondo -también imputado por el crimen de David Piroli- y un hermano de este último, que tiene 16 años (se reserva la identidad por ser menor de edad).
Los primeros están detenidos en prisión y el adolescente permanece internado en la Dirección de Responsabilidad Penal Juvenil (ex Cose). Todos fueron imputados por homicidio agravado por el uso de arma de fuego y lesiones agravadas en calidad de coautores.
El asesinato del futbolista
Corría la 1 del domingo 26 de junio cuando Lucas Amarilla, un futbolista con pasado por las inferiores del Club Deportivo Maipú y Real Mendoza, salió junto a un primo de la casa de su hermano para ir a comprar a un comercio cercano en el barrio Santa Teresita.
Cuando los dos jóvenes pasaban frente las manzanas H y L, comenzaron a escucharse una serie de detonaciones de arma de fuego. Acto seguido, una lluvia de balas comenzó a caer desde los techos desde unas viviendas en las que se encontraban unos seis sujetos armados.
A raíz de los disparos, Amarilla resultó con un impacto de bala en el cuello y otro en la nuca; su primo fue alcanzado por un plomo en la cabeza y una mujer que estaba en la vereda de una casa también fue rozada por un proyectil en el cuero cabelludo.
Las tres víctimas fueron trasladadas de urgencia al Hospital Carrillo, pero Amarilla llegó sin vida. Mientras que los otros dos heridos sobrevivieron al ataque.
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La hipótesis de los detectives es que las balas tenían como objetivo atentar contra la vida de la mujer, identificada como Andrea Soledad Lera, quien se encontraba cumpliendo prisión domiciliaria por una infracción a la Ley 23.737 (de estupefacientes).
Para los pesquisas Lera mantiene desde hace tiempo una rivalidad con los Canavis porque se disputan el territorio de venta de drogas en el complejo del distrito El Plumerillo.
En cuanto a Amarilla y su primo, se estableció que nada tenían que ver con ese conflicto y sólo resultaron heridos porque quedaron en medio de los tiradores y su blanco, que era Lera.
El crimen puso el ojo sobre la presunta actividad narco de los Canavis, a tal punto de que la semana pasada personal de la Policía Contra el Narcotráfico (PCN) practicó una serie de allanamientos en domicilios vinculados a la organización y fue detenido Javier Jesús Copani, cuñado del Macaco Villalba, con cientos de dosis cocaína y marihuana listas para la distribución.
