Padre José Ceschi
La familia es una gran escuela en la que sus miembros aprenden a vivir en comunidad, a tolerar, a aceptar la diversidad. Lo decía una interesante nota de la Dra. María Paola S. de Del Bosco titulada «Educar para el amor y la libertad».
Rescato algunos párrafos:
«La familia es la que realmente constituye la genealogía de la persona. Nuestra entidad depende enormemente de lo que somos, de ahí la necesidad de la familia en la misma medida en que es necesario que haya personas y no sólo individuos, porque a los individuos se los ve sueltos, sin esa dimensión vincular que los haría verdaderamente valiosos como miembros de una sociedad.
Si hay un aspecto que se funda claramente en una familia es su aspecto vincular. La familia es una pequeña sociedad de miembros fuertemente interrelacionados, donde la vida consiste en esos lazos, se expresa, se forja a través de esos lazos; por lo tanto sirve de aprendizaje para la vida comunitaria y para la aceptación del otro. En lo que funda a la familia siempre hay un hombre, y no hay nada más ‘otro’ para un hombre que una mujer, y nada más ‘otro’ para una mujer que un hombre.
Así el inicio de la familia es como un acto de audacia. Es el amor, el enamoramiento, el que puede hacer que un hombre y una mujer decidan la aventura de vivir juntos, porque realmente representan algo misterioso el uno para el otro. El desafío consiste en que esas diversidades no sean simplemente elementos que estorban, pues las diversidades sirven como complementos, son elementos de riqueza; no son ni para someter ni para someterse, sino que se trata de modos y modalidades propios que, puestos juntos al servicio de un mismo proyecto, le dan a ese proyecto una capacidad de ‘visión estereofónica’, más sólida, más completa, tridimensional, como el hecho de tener dos ojos o dos oídos. Lo femenino, lo masculino, que juegan juntos, dan a la vida el relieve necesario, aportan desde la diversidad, enriquecen este proyecto humano.
Tanto lo enriquecen que de la unión por naturaleza entre un hombre y una mujer nace precisamente la vida nueva. La audacia del amor significa también audacia de traer el mundo nuevas vidas…».
¡Hasta el domingo!
