El sanrafaelino Francisco Lloveras recibió la gran noticia de formar parte de la preselección argentina Juvenil de balonmano. El extremo izquierdo se encuentra jugando en el Club Atlético River y en plena cuarentena recibió esta grata noticia.
A sus 18 años, Francisco ya se encuentra trabajando para ganarse un lugar en la lista definitiva del elenco nacional que en 2021 estará disputando el Campeonato Panamericano y el Mundial.
Diario San Rafael dialogó con el jugador y se refirió a la convocatoria: “La noticia la recibí de parte de mi entrenador en River, Pablo Cattone, él fue quien le habló de mí al entrenador del preseleccionado nacional juvenil Rodolfo “Pucho” Jung, que luego me llamó y me preguntó sobre mis expectativas en el deporte y en el seleccionado argentino. Obviamente le expliqué que este llamado en lo personal genera muchas emociones, es el esfuerzo que uno le dedica y no hay nada más lindo que te llamen de la Selección Argentina, cualquier deportista argentino lo que más desea es ponerse la celeste y blanca”.
Respecto a su arribo al “Millonario”, explicó: “Mi llegada a River la verdad que fue una emoción muy grande, si bien antes había ido 15 días de prueba, finalmente el DT de la Liga de Honor, Pablo “Roña” Sznitowski, fue quien me dijo que estaba dentro del club. En 2019 llegué y jugué todo el año, sumando el principio de este año, que debido a la pandemia no pudimos continuar”.
“La verdad que llegar a River te sorprende, porque aparte de ser algo inmenso a lo que uno no está acostumbrado, el club en sí es una familia y a pesar de que les interesa tener buenos jugadores, algo que me sorprendió es toda la buena gente que trabaja priorizando ser buena persona para ser buen jugador”, subrayó el deportista.
De sus próximos objetivos, añadió: “Si bien ahora estamos en el preseleccionado y no hay una lista definitiva, tengo como objetivo poder ponerme la camiseta celeste y blanca para dar todo por mi país, representarlo de la mejor manera. Mientras que a nivel club, es poder llegar a la Liga de Honor, que es la máxima categoría del handball, y qué mejor que poder competir contra otros equipos en una categoría donde se juega a otro rendimiento más alto”.
En cuanto a su posición en cancha, destacó: “Donde más cómodo me siento es como extremo, de hecho las horas donde entrenaba era tirar desde esa posición y siempre miré a los mejores del handball europeo cuando estaba San Rafael. Es la posición donde sé que puedo dar mucho más, el año pasado jugué de extremo y lateral, mientras que este año, por un tema de cambios, me tocó jugar de central, pero siempre respondiendo a las órdenes del entrenador para seguir aprendiendo”.
También recordó sus inicios en la actividad en el departamento: “Gustavo Quesada, entrenador del Club Maristas, fue quien me invitó cuando daba clases en la escuela Los Andes, y al probar decididamente me gustó, empecé a jugar y cada vez con más sacrificio, siempre tratando de dejar todo. Realmente aprendí lo básico, de hecho siempre digo que cuando llegué a River me hicieron de nuevo tanto en la técnica individual y lo que es referido al handball, pero me quedo con una base buena, pues pasé muchas horas entrenando solo para mejorar e irme a probar a River de la mejor forma”.
Párrafo aparte hizo al hablar de su familia: “No está acostumbrada a la distancia, de cuatro hermanos soy el más chico y el único que se ha ido fuera de San Rafael. La verdad que no la llevan muy bien, sobre todo porque somos una familia muy unida, nos extrañamos mucho y cuesta, pero bueno, todo sea por el bien de llegar lejos”.
Finalizando dijo lo que representa el deporte para él: “El handball significa todo, tanto en lo que respecta a la disciplina o lo que te hace conocer y te lleva a ser mejor persona. Son cosas inexplicables que capaz que no las hubiera conocido sin realizar este deporte, aparte de tener como entrenador a Pablo Sznitowski, que aparte de formarnos técnica y competitivamente, nos forma como personas”.
“De hecho, el deporte significa mucho para mí porque el año pasado, cuando comencé en River, falleció mi papá y al poco tiempo mi abuelo, son pruebas que te da la vida y que sabemos que hay que seguir, de ahí en más todo lo que pueda lograr va a ser para ellos dos y se me fueron cuando hacía el deporte que más me gusta”, concluyó Francisco.
