El papa Francisco recordó el décimo aniversario del viaje que hizo en julio de 2013 a Lampedusa, un hito en la visibilización del drama de los migrantes que buscan llegar a Europa por vía marítima, y lamentó que aún continúe las «masacres silenciosas» de las personas que mueren al intentar cruzar el Mar Mediterráneo.«Con motivo de la celebración en recuerdo del 10 aniversario de la visita a Lampedusa, deseo enviarles, a los fieles de la Arquidiócesis, a las Autoridades ya los presentes, mi cordial saludo. Estoy cerca de vosotros con afecto, oración y aliento», planteó el pontífice en una carta enviada este sábado al arzobispo de Agrigento, Alessandro Damiano, organizador de las conmemoraciones.
«Queridos, en estos días en que asistimos a la repetición de graves tragedias en el Mediterráneo, nos estremecen las masacres silenciosas ante las que aún permanecemos impotentes y atónitos», lamentó Jorge Bergoglio en ese marco al evocar la visita que hizo el 8 de julio de 2013 a la isla italiana, menos de cuatro meses después de haber sido elegido Papa el 13 de marzo.
Al recordar el que fue su primer viaje fuera de Roma como pontífice, leído como un signo del apoyo a los migrantes que luego profundizaría durante su pontificado, Francisco sostuvo que «la muerte de inocentes, principalmente niños, en busca de una existencia más pacífica, alejada de las guerras y violencia, es un grito doloroso y ensordecedor que no puede dejarnos indiferentes».
Esa situación, para el Papa, «es la vergüenza de una sociedad que ya no sabe llorar y compadecerse del otro».
«Han pasado diez años desde el viaje que quise hacer en la comunidad de Lampedusa para expresar mi apoyo y paternal cercanía a quienes, después de arduos altibajos, a merced del mar, desembarcaron en sus costas», agregó luego el Papa.
Para Francisco, en medio de una nueva oleada de tensiones entre los países europeos por el cierre a la llegada de migrantes, «que sucedan tales desastres inhumanos debe sacudir absolutamente las conciencias».
