Un caso impactante se registró en la provincia, cuando en una sala del Polo Judicial Penal de la ciudad de Mendoza un preso intentó apuñalar a la fiscal de Instrucción Claudia Ríos. Allí, se desarrollaba el juicio contra el atacante y otros dos acusados, que son juzgados por intentar asesinar a otro recluso dentro de una cárcel. Si bien la magistrada resultó ilesa, el suceso tuvo enormes repercusiones en todo el país por la gravedad del hecho.
En este contexto, el delegado Administrativo de la 2da Circunscripción Judicial, el doctor Darío Bermejo, brindó una entrevista al medio radial FM Vos 94.5 y aseguró que la Suprema Corte de Justicia de Mendoza aún no se ha pronunciado al respecto.
«Lo primero que hay que explicar es que el Poder Judicial tiene tres grandes ramas, una es la Corte Suprema de Justicia provincial de la cual dependen todos los jueces. Otra es la del Ministerio Público Fiscal que tiene como jefe al Procurador General de la provincia de Mendoza, Alejandro Gullé. Detrás de él siguen todos los fiscales. El último apéndice es el Ministerio Público de la Defensa que tiene como autoridad máxima a la Defensora de la Provincia, Marta Cecilia Saint André. En este caso, como se trata de una fiscal, quien se pronunció fue Alejandro Gullé. Sin dudas, se trata de un hecho muy grave, ya que el preso pretendió atentar directamente contra la vida de la fiscal Ríos», explicó al comienzo de la entrevista Darío Bermejo.
Después, comentó cuáles son los protocolos establecidos en materia de seguridad. «En primera instancia, lo que se debe señalar es que cuando se traslada a un preso desde la penitenciaria al juzgado, este debe venir con ciertas medidas de seguridad, es decir que esa persona para salir del penal antes sí o sí debe ser requisada completamente. Cuando el recluso llega al Poder Judicial se lo aloja en un calabozo a la espera de ingresar a la sala de audiencia, no se le realizan más controles porque ya se los hicieron antes en penitenciaria. Cuando ingresan a la sala lo hacen custodiados y generalmente esposados, pero como la ley expresa que estas personas no pueden permanecer esposadas durante el juicio, se las quitan. Siempre hay personal de penitenciaria alrededor del detenido, por lo tanto, es muy difícil que la persona pueda salirse de ese esquema de control. En cuanto al acceso del público en general, solo se puede acceder por la puerta principal del edificio. Allí, la gente es recibida por personal de la Policía donde se les toman los datos y se le escanea el DNI. Luego se deja asentado, cuál es el trámite que va a realizar dentro de Tribunales», detalló Bermejo.
«Ahora bien, a estas normas de seguridad el año pasado las tuvimos que ajustar un poquito en San Rafael, porque un detenido en una audiencia quiso pegarle una patada a un fiscal. Por eso, le pedimos al Ministerio de Seguridad unas paletas de control de metales. Entonces, cuando una persona entra se les pasa las paletas tal cual se ve en las películas. Luego, el público para ingresar en la sala de audiencia debe ser requisado. Si alguien no quiere ser requisado no puede entrar De este modo se trata de garantizar que no ocurra nada en el marco de las audiencias», amplió.
Más tarde, remarcó que el ataque a la fiscal Claudia Ríos es de suma gravedad y se mostró sorprendido por la crudeza del hecho. «Llevo 20 años en el Poder Judicial y jamás tuvimos un episodio tan grave como este. No hubo nunca antes ataques ni a jueces ni a fiscales de esta índole. Muchas veces se viven situaciones de insulto hacia un juez. Por protocolo le pedimos a todo el personal que se mantenga en sus oficinas, en lo posible encerradas con llaves en aquellas que no se atiende al público. Nuestra tarea como juez genera rispideces, siempre hay alguna persona que no le gusta lo que decidimos porque ven afectados sus intereses. Nuestra labor está sujeta a momentos de tensión, si uno condena una persona a 20 años de cárcel muy contento no va a estar, así que estamos propensos a que nos insulten los condenados. Alguna vez me pasó que estaba tomando un café y me increparon en tono amenazante, pero uno entiende como que es parte de su trabajo y no le da tanta trascendencia», argumentó el delegado de Suprema Corte de Justicia de la segunda circunscripción.
«Vuelvo a remarcar que la agresión a la fiscal es un hecho gravísimo, porque una persona dentro de la penitenciaria no debería tener acceso a un elemento de estas características. Un detenido o condenado no puede tener llegada a un arma de fuego o un cuchillo. Sin dudas que se vulneraron los controles, al parecer, escondió el objeto en una parte de su cuerpo. Aparentemente la persona antes de entrar a la sala de audiencias pidió permiso para ir al baño. En el caso de San Rafael le he pedido a la custodia del edificio de tribunales que se refuercen las medidas de seguridad y que sean muy cuidados con los protocolos establecidos. No hay que relajarse nunca en los controles», subrayó el doctor Bermejo al cierre del reportaje.