Con una trayectoria en el arbitraje que duró 30 años, el domingo por la mañana José Luis Martínez el “Boli”-cómo se lo conoce en el ambiente futbolero- se retiró de la profesión tras dirigir su último partido entre Pedal y San Martín de Monte Comán.
José Luis (50), le puso fin al arbitraje y lo pudo hacer dentro de un campo de juego en donde familiares y allegados fueron presentes de la despedida que lo tuvo como juez principal y estuvo acompañado por las líneas Rosana Videla y Silvia Perafán.
Diario San Rafael dialogó con el árbitro que nos contó cómo vivió su último encuentro en el arbitraje: “Me sentí tranquilo quería dejar plasmado toda mi carrera en el arbitraje, sabiendo que en un segundo se me podía venir la noche porque era un partido por los puntos, pero llegué a mi casa y me di cuenta que nunca más iba a estar en un camarín. En el pitazo final del partido se me puso la piel de gallina porque si bien tuve errores, era consciente de que estuve mucho tiempo sin dirigir porque hace un año que no lo hacía, pero las chicas-Rosana y Silvia- me explicaron las nuevas reglas y llevamos adelante el encuentro de la mejor manera”.
“Es una alegría total esto en lo personal y para aquellos que me insultaron toda una vida también lo es, porque eso hace el folklore del fútbol, nunca el árbitro va a salir aplaudido por todas las parcialidades porque siempre hay disconformidad, pero lo asumí siempre a eso y me gustaba que me conocieran por malo y no por muy débil, me encantó la carrera que tuve”, destacó.
También agregando: “Desde mi parte agradezco mucho a Rafael Rosales en mis inicios, a Osvaldo “Cacho” Abaurre quien fue quien me enseñó sobre el arbitraje, un profesor de la alta escuela a quien tengo un agradecimiento de por vida porque me formó en la parte de carácter. Ser árbitro no es estudiar y salir a dirigir, se hace y también se nace porque el carácter hay que explotarlo”.
De sus comienzos, subrayó: “Comencé porque jugaba al fútbol, los chicos de El Molino me llevaron a jugar a Malvinas y no me ponían nunca, era suplente toda la temporada. Había un juez de línea Ricardo Bonandi que me propuso ser línea y me llevó a la Liga Sanrafaelina de Fútbol, mientras que Héctor Ferrero fue mi profesor en las canchas y todos los sábados íbamos a practicar”.
“Yo trabajaba en un aserradero y el arbitraje al comienzo lo hacía como un hobby, pero se ganaba mucho dinero. Me inicié en inferiores y Rafael Rosales quien era secretario Saadra en San Rafael, por entonces siempre dirigía con Félix Gutiérrez, Miguel Héctor Lorca no les gustaba estar en inferiores y solo dirigían en Primera”, contó.
Y también especificó: “Yo admiraba tanto a un juez de línea que había en El Molino, era Juan Carlos Arrigui, quien fue el mejor de acá en San Rafael, y deseaba ser como él. Al principio sentí miedo, pero por suerte lo hice y pude dirigir ligas de afuera en otros torneos de AFA y Dios me dio esta oportunidad que se fue dando”.
Sobre lo que le queda de su trayectoria, añadió: “Yo me di cuenta también de lo que había hecho en la profesión un día en el que Andrés Merlos llegó a la cancha del Atlético San Luis, y me saludó muy simpáticamente, terminó el partido y me felicitó por el arbitraje que había realizado, luego lo reflejó en la clases del lunes y me nombró delante de todos mis colegas poniéndome de ejemplo lo que derivó a que me sienta reconfortado y son esas cosas las que me quedan. Andrés es un tipo que puede tener errores pero que venga de alguien que llegó a la etapa en la que se encuentre no creo que otro llegue de nuestra ciudad, quisiera que fueran 10 pero es muy difícil por lo que tenemos que estar orgullosos que sea sanrafaelino”.
De la valoración del arbitraje sanrafaelino y el futuro que hay, puntualizó: “Recuerdo que una vez Alberto Pérez Gasul mandó a árbitros de San Rafael a dirigir a Mendoza por un paro que había allá, y me tocó dirigir en Maipú en esa época las ternas sanrafaelinas fueron reconocidas y fueron elogios hacia con nosotros. Acá en San Rafael siempre fueron críticas y te duele mucho ese maltrato cuando en otras provincias nos destacan, pero estoy seguro que en un año nuestra ciudad tendrá árbitros muy capacitados, la camada de los nuevos es buena y considero que hay que seguir ultimando detalles al igual que Sergio Ribotta-presidente Asociación Civil de Árbitros de San Rafael- tiene que arreglar sus problemas con el director de la Escuela de Árbitros, Andrés Merlos, y limar asperezas por el bien del arbitraje local”.
Finalizando se refirió a lo que viene: “Me ofrecieron trabajar con los árbitros de inferiores pero le agradezco mucho en el alma, pero soy muy amigo de Omar Peral que es presidente del Club Sportivo Balloffet quien entró por mis consejos como directivo. Ahora me pidió una mano y quiero ser dirigente de fútbol, me gusta eso y quiero ser el mejor porque voy a poner todo de mí, estaré en la parte de Primera con el tema de sponsors, camiseta, ropa y marketing”.
