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martes 23, de abril , 2024

Juicio en San Martín: mató a una verdulera en un asalto y busca zafar de la perpetua

Un nuevo juicio por jurados comenzó este lunes contra el confeso asaltante que asesinó a la verdulera Carina Rodríguez (42), en noviembre de 2019 en San Martín.

Se trata de Genaro Pantaleón Lucero Videla (44), cuya defensa buscará hacerlo zafar de una condena a prisión perpetua, tal como lo prevé la imputación de homicidio criminis causa con la que llegó al debate. 

Por el hecho de inseguridad fatal ya fueron sentenciados su hijo, Genaro Nicolás Lucero Jofré (25), David Fabián Bravo Chaile (38) y Gonzalo Oscar Bravo Corso (36), quienes reconocieron la autoría durante un juicio abreviado final que se realizó el mes pasado.

Los tres fueron condenados por el delito homicidio en ocasión de robo agravado por el uso de arma de fuego, por el que el primero recibió una pena de 15 años de encierro y los dos restantes de 13 años y 5 meses de reclusión, a través del acuerdo entre sus representantes legales y la Fiscalía. 

Rodríguez tenía 42 años y fue ultimada frente a su hija.

Ahora, la defensa de Lucero Videla buscará convencer a los doce ciudadanos que conforman el tribunal popular, de que su cliente sea condenado por esa misma calificación, con la que arriesgaría un castigo de entre 13 y 33 años de prisión.

Durante la instrucción, el acusado declaró que el disparo que efectuó y que le quitó la vida a Rodríguez, fue accidental. Pero esa versión jamás convenció a los investigadores.

Así las cosas, los fiscales Oscar Sívori y Martín Scattareggi sostienen que el imputado asesinó a la verdulera con la intención de alcanzar la impunidad en el asalto, motivo por el que debe ser condenado a perpetua. 

Durante sus alegatos de apertura, Sívori relató que Lucero Videla le quitó la vida a Rodríguez por «una balanza, un parlante, algunas pocas monedas y tres botellas de vino».

Y agregó que «no había necesidad» de asesinarla, ya que habían cargado los elementos sustraídos al vehículo y estaban por darse a la fuga.

El representante del Ministerio Público también explicó que el acusado y sus cómplices habían ido a comprar al lugar momentos antes y sabían que la mujer estaba sola, junto a su hijita, que en ese entonces tenía 12 años y presenció el crimen. 

En tanto, la defensa, a cargo de Pedro Sosa, explicó al jurado que «no se dan los presupuestos que exige la ley penal para considerar que es un homicidio criminis causa». 

Para esto, se apoyó en la condena al resto de la banda por homicidio en ocasión de robo y pidió el mismo trato para su representado. 

En caso de que el jurado se incline por esa opción, deberá ser la jueza María Victoria Franano, la que imponga la pena que considere correspondiente, durante una audiencia de cesura, posterior al debate. 

El hecho

Corrían las 16 del jueves 21 de noviembre cuando cuatro delincuentes irrumpieron en la verdulería Nico, localizada en avenida Lima y calle Soler, donde se encontraba la propietaria, acompañada por su hija.

Los maleantes actuaron a cara descubierta y amenazaron con un arma de fuego a la víctima. Le exigieron con violencia el dinero de la recaudación, pero en la caja registradora había unos pocos billetes.

Por ese motivo, tomaron una balanza, un parlante y unas botellas de vino, que cargaron al Peugeot 307 gris en el que llegaron. 

La reconstrucción sostiene que, antes de retirarse, Lucero Videla le propinó un disparo en la cabeza a Rodríguez, que le quitó la vida en el acto. 

La escena en el local de Lima y Soler.

Tras la detonación y posterior huida de los autores, vecinos alertaron al 911. Policías y una ambulancia del Servicio de Emergencias Coordinado (SEC) acudieron al lugar, no obstante los médicos no pudieron hacer nada, ya que la víctima no presentaba signos vitales. 

Algunas horas más tarde, tareas de rastrillaje permitieron dar con el Peugeot de los maleantes en el barrio Villa del Carmen. En un domicilio de ese complejo, fueron aprehendidos Lucero Videla, su hijo y Bravo Chaile.

En tanto, casi dos semanas después Bravo Corso, señalado chofer de la gavilla, fue capturado cuando esperaba un colectivo frente al Hospital Perrupato. 

Fuente y fotos. Gentileza El Sol

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