La gripe aviar está impactando en nuestro país. Si bien el mercado internacional se cerró, a los pocos días se reabrieron a pedido de los países importadores. Al respecto dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael, Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores e Industrializadores Avícolas (CAPIA).
La gripe aviar es algo que impacta de manera directa en el mercado interno y en el exportador. Debido a la misma, de manera inmediata se cerraron las exportaciones. No obstante, Prida aclaró sobre eso que lo que se hizo fue una “autoexclusión”, es decir que los exportadores salieron del mercado internacional de manera autónoma, lo que “demuestra la seriedad y la responsabilidad que tiene Argentina y, en particular, el SENASA, al decir ‘señores, yo tengo influenza aviar, la denuncio públicamente, la denuncio en la OMSA (Organización Mundial de Salud Animal), y me autoexcluyo de las exportaciones hasta tanto empecemos a dialogar con cada país comprador de mercadería, para ver si nos permite, en este contexto, seguir exportando el producto’”. “A medida que se hacen las consultas, la gran mayoría de los países están aceptando que aunque haya influenza aviar en Argentina, se les sigan enviado productos”, dijo y añadió que “Europa la tiene casi endémica a esta enfermedad, Estados Unidos, Canadá, México y, a pesar de eso, siguen exportando, y lo hacen porque tienen lo que se llama ‘compartimentalización’ (dividir algo en elementos menores), cosa que acá en Argentina existe pero en un avance muy pequeño”. Destacó que a muy poco tiempo de haberse cerrado el mercado internacional, hubo países que se retomaron, por ejemplo, en la Unión Europea para huevos y para productos termoprocesados, se reabrió el mercado a Japón y en pocos días se reabrirán Colombia, Perú, Uruguay, Sudáfrica y algunos otros. “Hay países que nos dijeron que no, que por ahora no, que esperan más información como es el caso de China que es un gran comprador. Por un lado tenemos algunas buenas noticias para dar y en otras no son tan buenas y estamos trabajando para que sean buenas en el corto tiempo”, aseguró.
Los primeros casos se descubrieron en Río Negro. Lo que se hizo fue determinar “la zona de foco” que es un kilómetro a la redonda, donde se eliminan todas las aves comerciales y de traspatio (domésticas). Sigue el “perifoco” (que alcanza los tres kilómetros a la redonda), y allí se monitorean todas las gallinas, patos, gansos, pollos, etcétera. Donde existan signos clínicos o sospechas, se los vuelve a hisopar, se analiza y en caso de que den positivo también se eliminan. A los 10 kilómetros hablamos de “zona de vigilancia”, donde se hacen controles buscando que no haya mortandades o signos de animales enfermos, a fin de poder actuar de manera inmediata.
Si bien desde CAPIA poseen ciertas diferencias con el Ministerio de Salud de la Nación, Prida destacó que el trabajo que está desarrollando el SENASA “es impecable”.