Pekín (ANSA) – El coronavirus, que acaba de ser rebautizado con el nombre de Covid-19, es «una amenaza peor que el terrorismo», con los muertos que superan el umbral psicológico de los mil, aunque la OMS opta por una mirada optimista y sostiene que hay «una posibilidad realista» para detener la epidemia.
Desde Ginebra, donde llegaron 400 científicos de todo el mundo para evaluar la enfermedad, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, no usó palabras confusas. Fue directo y tajante.
«Un virus puede crear más trastornos políticos económicos y sociales que cualquier ataque terrorista. El mundo debe despertarse y considerar a este virus como el enemigo número uno», aseveró.
Para alentar las sinergias con los investigadores chinos, la Organización Mundial de la Salud envió al país asiático la primera delegación internacional de expertos dirigida por Bruce Aylward, un epidemiólogo canadiense «veterano de emergencias».
Mientras tanto, Pekín no descuida las medidas políticamente simbólicas. De hecho, figuras prominentes de la región de Hubei fueron torpedeadas por cómo manejaron la emergencia: el secretario del partido para la Comisión de Salud de la provincia, el jefe de la Comisión y el subdirector de la Cruz Roja local, cayeron en ese «embate oficial».
Y mientras se espera con ansiedad la vacuna, que según la OMS «podría estar lista en 18 meses», el número de infectados continúa en aumento y también la cifra de muertos en un solo día: el récord hasta ahora alcanzó 108 con los datos del lunes.
En Weinzhou, la ciudad del este de China, que es la segunda más afectada por el brote después de Wuhan, se han registrado 474 nuevos casos confirmados de infección y 5.304 personas están actualmente bajo observación médica, mientras que un total de 106 personas han sido curadas.
También hubo un primer caso en California, que eleva el número de pacientes en Estados Unidos a 13, y otros dos casos surgieron en Vietnam, incluida una niña de tres meses.
Pero la propagación al resto del mundo en general está controlada, especialmente en Europa, donde el «cinturón de seguridad funciona correctamente», según un análisis realizado por la Fundación Gimbe que encuentra que por cada mil casos confirmados en China solo hay uno caso en Europa.
Para dar una idea de la tasa de mortalidad del Covid-19, y al menos para tranquilizar en parte, también habló Luigi Ventura, profesor titular de Economía Política de la Universidad La Sapienza de Roma. «Si te acercas a Wuhan y la provincia de Hubei, el epicentro de la epidemia, el porcentaje es del 3%. Si miras al resto de China, el porcentaje cae a 4 por mil. El mismo número es para el resto del mundo», dijo el experto.
Mientras tanto, Japón también fortalece sus medidas de protección: a partir de esta semana se cancelarán los vuelos directos a Shanghai y otras ciudades chinas desde 13 aeropuertos regionales.
También existen preocupaciones sobre las repercusiones de la emergencia del coronavirus desde la economía china a la economía global. Según el presidente de la FED (el banco central de Estados Unidos), Jerome Powell, es temprano para cuantificar su impacto pero, advierte que «estamos monitoreando de cerca la evolución de la situación» y «esperamos que China tome medidas para apoyar su economía».
