El alto comisionado para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en lo que es considerado un informe inédito, exigió al Vaticano que dé explicaciones en un plazo máximo de 60 días respecto de los abusos sexuales cometidos a niños y niñas en el Instituto Antonio Próvolo de Mendoza.
El texto de aquel comunicado entregado a las autoridades de la Iglesia católica se da a conocer a un año de que los abogados de las víctimas viajaran a Ginebra, Suiza, a presentar en persona una denuncia contra la Santa Sede ante la ONU. Entre esos abogados estuvo Lucas Lecour, quien expresó a FM Vos (94.5) y Diario San Rafael que lo denunciado son “prácticas que venían realizando no solamente en el Próvolo, sino en todos los casos de abuso sexual eclesiástico, pero utilizando el caso Próvolo como un caso testigo, demostrando cómo se repiten esas conductas, que son básicamente el encubrimiento, el traslado de los sacerdotes a otros lugares para que no sean investigados, la falta de colaboración con la Justicia de los países para que no puedan avanzar en sus investigaciones, y la falta de representación a las víctimas”. “En todos los casos de abusos sexuales eclesiásticos que se dan en distintas partes del mundo, se dan las mínimas prácticas por aporte de la Iglesia católica, que ayuda a la impunidad de estos delitos, a la repetición de estos delitos en muchos lugares y a la imposibilidad de llegar a una condena a los autores”, explicó.
Si bien se esperaba una respuesta de la ONU más próxima, con la llegada de la pandemia todo se vio retrasado. No obstante, el martes le comunicaron la publicación del pedido de informe al Vaticano y además de una respuesta, se exige la modificación de cierta normativa que posee el Estado Vaticano, que “de alguna manera garantiza la impunidad de los autores de abusos eclesiásticos”.
Lecour considera que se han dado algunas señales de cierto cambio dentro de la Iglesia en los últimos tiempos, tras la llegada del papa Francisco. No obstante, no se trata de una institución “transgresora o reformista, sino todo lo contrario, nunca ha acompañado los cambios culturales que se van dando por fuera de ella”. Sin embargo, se espera que la figura del pontífice sea útil en ese sentido.
