La responsabilidad social: clave para atravesar la fase 4 de la cuarentena

Este lunes arranca una nueva fase de la cuarentena que el Gobierno nacional dispuso desde el 20 de marzo, cuando la pandemia del coronavirus empezó a registrar los primeros casos en nuestro país.
Como anticipó el viernes el presidente Alberto Fernández, a excepción del Área Metropolitana de Buenos Aires, todo el país –desde hoy– ingresa en la fase cuatro del aislamiento social, preventivo y obligatorio. Si bien continúa hasta el 24 de mayo, la nueva etapa viene acompañada de una reapertura progresiva de la actividad económica e industrial, muy necesaria ante una crisis que apremia en materia de números.
La movilidad de la población, ante muchas más actividades exceptuadas, escalará del 50% al 75%, según los cálculos del Gobierno. El uso del transporte público seguirá limitado y no habrá servicio de traslado interjurisdiccional.
Esta nueva fase que hoy comienza en Argentina tendrá una clave, que será la conciencia social. El confinamiento absoluto regirá para pocos sectores, por lo que el movimiento en la vía pública será notablemente mayor al de semanas anteriores. En ese contexto, para evitar un retroceso después de 50 días de aislamiento, el distanciamiento social y cumplimiento de protocolos sanitarios resultan fundamentales en cada ámbito de la sociedad. No solo el compromiso y el cuidado de la salud les corresponden a comerciantes o responsables de oficinas públicas y privadas, también es de quienes a partir de hoy salgan de su casa a cumplir funciones laborales, realizar compras o alguna diligencia. Y lo será también de quienes –próximamente– se sienten en un restaurante o un bar, asistan a un gimnasio o realicen actividad física.
Medio centenar de días de cuarentena hizo posible que Argentina ostente una realidad diferente a la de otros países en materia de contagios y muertes por Covid-19. La tasa de duplicación de casos positivos se registra por encima de los 25 días, lo que permitió cruzar a la siguiente fase en 22 de los 24 distritos nacionales. Al mismo tiempo, el confinamiento hizo madurar una severa crisis económica, no solo en el ámbito privado sino también en el público. Pequeñas y medianas empresas están al borde de la quiebra y muchos gobiernos –provinciales y municipales– difícilmente puedan costear la totalidad de salarios este y los meses que vienen, principalmente por la dramática caída de la recaudación.
En virtud de lo anterior, y para que de ahora en más el único objetivo de nuestros gobernantes sea la reactivación económica, la responsabilidad y el compromiso ciudadano deben ser protagonistas en esta etapa que hoy comienza. No cumplir con esa premisa significaría volver a la fase 1 de la cuarentena, pues ignorar las recomendaciones sanitarias equivaldría a un descontrolado crecimiento de la curva de contagios y un sistema sanitario en jaque.
Los argentinos y argentinas a partir de este lunes serán un eslabón clave en la cadena de recuperación. Cada uno, desde el lugar que ocupe, tendrá deberes que cumplir, sin los cuales será imposible encontrar la salida del oscuro túnel que estamos atravesando. Avanzar depende de todos.