Las hectáreas cultivadas con olivo en Mendoza cayeron casi a la mitad en los últimos años

Hay preocupación en el sector olivícola y no es para menos. Un de las industrias más prometedoras de Mendoza por el potencial exportador que involucra está en crisis. La coyuntura actual está aniquilando a las pymes que plantan olivos, y a todo el sector elaborador y procesador de aceituna y aceite de oliva.
En ese sentido, desde el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) indicaron que en la provincia la evolución de la superficie cultivada ha ido en franco descenso en la última década, casi a la mitad del total.
«En toda la provincia hubo una retracción importante en la superficie cultivada con olivos. Este vegetal por su propia naturaleza es un cultivo que requiere de muchos años de cuidados para entrar en producción. El productor que planta un olivo empieza a recuperar algo de esa inversión dentro de los cuatro años. Empieza a ser verdaderamente rentable a los siete u ocho años después. Es un cultivo que tiene una dinámica totalmente diferente, en un contexto inflacionario como el actual es difícil planificar este tipo de actividad», dijo a FM Vos 94.5 el ingeniero Alfredo Baroni, coordinador técnico del IDR.
«Desde ese punto de vista es preferible sembrar hortalizas que tienen un ciclo mucho más corto y permite hacer correcciones rápidamente. En este contexto el olivo perdió mucho terreno, Mendoza sufrió mucho el crecimiento urbano. Se avanzó sobre los montes y pasamos de ser la principal provincia productora a serla cuarta en relación de la superficie cultivada. Estamos muy por detrás de provincias como La Rioja, Catamarca y San Juan. Los diferimientos impositivos apuntaron más a las provincias del norte que a nuestra región. Eso también perjudicó mucho a la producción olivícola», subrayó.
Luego, se refirió a San Rafael y situación actual en torno a esta actividad productiva. «A diferencia del resto de la provincia, San Rafael desarrolla su actividad en pequeñas parcelas. El departamento tiene la particularidad de tener algunos emprendimientos importantes de más de cien hectáreas. Aunque muchos productores abandonaron esta actividad, otros apuestan a este cultivo y están en pleno crecimiento. La exportación de los productos olivícolas son rentables. En el departamento se está dando que dos empresas están plantando una buena cantidad de olivos», precisó Baroni.
«San Rafael tiene grandes empresas, por eso el hecho de que una compañía abandoné la actividad o decida incrementar su producción tiene un gran impacto en el número global de la región», aclaró.
Después, indicó que se trata de una actividad económica con mucho posicionamiento en el mundo. «Los productos mendocinos se destacan por su calidad, pero el problema existente es que no se tiene más materia prima para poder procesar. Se abandonaron muchísimos olivos en los últimos años. Por eso no se puede abastecer la demanda. Con una oferta amplía, hoy podríamos exportar el doble de cantidad. Los extranjeros vienen a buscar aceite de oliva a Mendoza por su calidad», expresó el coordinador técnico del Instituto de Desarrollo Rural.
«El inconveniente radica en que la inversión para el cultivo de olivo requiere de planificación, con una clara política monetaria dentro de una economía estable. Si la Argentina no reúne este tipo de condiciones será muy difícil poder hacerlo», agregó a modo de cierre Alfredo Baroni.