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viernes 19, de abril , 2024

“Las maté para no dejar testigos”: así cayó el femicida serial que aterrorizó al país en los años 60

La historia de Raúl Aníbal González Higonet es escalofriante de principio a fin, pero no fue sino hasta el verano del ‘63 que se ganó su tristemente célebre apodo: “El loco del martillo”. En esa época, según determinó la Justicia, Higonet asesinó a martillazos a tres mujeres e hirió a otras seis y por ello lo condenaron a prisión perpetua. Pasó 43 años en la cárcel, siempre afirmó que era inocente y murió 20 meses después de haber recuperado su libertad.

El raid criminal de “El loco del Martillo” -como lo llamaban los medios de la época- duró tres meses y fueron suficientes para generar una verdadera psicosis entre los vecinos del conurbano bonaerense. Sentenciado a la pena máxima, Higonet fue el recluso que más tiempo vivió encerrado en prisión hasta que apareció Carlos Eduardo Robledo Puch y se quedó con su lugar en el podio.

La muerte del asesino al poco tiempo de salir de la Unidad 12 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) de Gorina podría haber sido un final cerrado después de tanto horror, pero para entonces las dudas amenazaban la leyenda.

“Una vez que detuvieron a Higonet los asesinatossiguieron ocurriendo con la misma modalidad”, dijo a TN Ariel García Furfaru, el abogado que se interesó en su caso y logró que le concedieran el beneficio de la libertad condicional el 23 de marzo de 2006, cuando ya llevaba más de 40 años preso. “Creo que fue un pobre tipo”, insistió, aunque la Justicia dijera todo lo contrario.

La detención de Higonet reflejada en Clarín y La Nación.
La detención de Higonet reflejada en Clarín y La Nación.

La construcción de un asesino serial

Higonet era el más chico de siete varones y además tenía cuatro hermanas. Todavía era un nene cuando su papá quedó hemipléjico y su mamá, que no podía mantenerlo, decidió entregarlo a un instituto de menores o “reformatorio”, como le decían en ese entonces.

Con los años y ya teniendo que subsistir por sí mismo, Higonet empezó a vivir de hacer “changas” cuando las conseguía. Pero si no había nada, salía a robar y eso le valió una condena de 5 años de prisión que cumplió en el penal de Rawson.

A los 26 años se convirtió en femicida. El 14 de enero de 1963, Emilia Ortiz fue la primera víctima: entró a su casa de noche mientras ella dormía, la atacó a martillazos hasta desmayarla y escapó con lo que encontró de valor en el lugar.

Raúl Aníbal González Higonet, el día que lo detuvieron. (Foto: gentileza Crónica).
Raúl Aníbal González Higonet, el día que lo detuvieron. (Foto: gentileza Crónica).

El de Ortiz fue el primero de sus crímenes. Le siguieron después ocho más. El viernes 8 de marzo mató a Rosa de Grosso en Lomas del Mirador; el 22, a Virginia González, en la misma localidad, y el 23 a Nelly Fernández, en San Justo. El miedo ya había tomado las calles y el asesino ya no se movía solo: la policía le pisaba los talones: nueve mujeres atacadas; seis sobrevivieron y tres murieron.

La borrachera que precipitó la caída de “El loco del martillo”

Con el identikit de Higonet difundido por las autoridades instalado en los medios y todos mirando con recelo a cualquier hombre alto, delgado, con el pelo enrulado y bigote que se acercara, él mismo fue quien tuvo el presunto descuido que lo mandó a la cárcel. Según trascendió en ese momento, en estado de ebriedad le contó a un ocasional compañero de tragos cómo había hecho para conseguir el dinero con el que había pagado las damajuanas de vino que estaban bebiendo.

Esa fue una de las versiones. La otra, la que el changarín se ocupó de repetir hasta el último momento, fue que no había matado a nadie y que confesó los asesinatos porque lo torturó la Policía.Lo cierto es que terminó detenido y el parte policial indicó que en un baldío ubicado junto a la precaria casa en la que vivía se encontró el martillo ensangrentado con el que había atacado a sus víctimas. Horas después, Higonet dijo: “Solo quería robar. Las maté para no dejar testigos”.

El 12 de abril de 1967 la Justicia lo condenó a reclusión perpetua por homicidio simple, robo y lesiones graves. Tenía 30 años.

“Las maté para no dejar testigos”: así cayó el femicida serial que aterrorizó al país en los años 60
Por: TN.com.ar

Raúl Aníbal González Higonet: ¿asesino serial o “perejil”?

De los 43 años en prisión, 36 los pasó en el penal de Sierra Chica. La única visita que recibía era la de su hermana Elsa, la misma que estuvo presente cuando lo trasladaron a la Unidad de régimen semiabierto de Gorina en la década de los ‘90.

“La Justicia lo había condenado a 25 años de prisión, la pena máxima”, señaló en diálogo con TN su abogado, García Furfaru. Tras lo cual resaltó: “Sin embargo estuvo 43 años preso”. “No había expediente”, sostuvo el defensor, y añadió: “Se quemó durante un incendio en los Tribunales de San Martín, solo quedaron fotocopias sueltas”.

La impresión que le dejó el tiempo en que tuvieron contacto fue la de un hombre que había envejecido aceleradamente. “Tenía 68 años y parecía de 120″, apuntó. Según su testimonio, Higonet salió de la cárcel todavía más pobre de lo que era cuando entró y completamente deteriorado como persona. “En la cárcel la pasó realmente feo”, dejó entrever represalias de otros detenidos.

El último capítulo

“Cuando se murió mamá, me hice cargo. Es un buen hombre mi hermano. Pobrecito, nunca tuvo un defensor bueno, no lo podemos pagar, hasta que apareció Ariel”, dijo años atrás en una entrevista Elsa González Higonet, en relación al abogado García Furfaro.

Estaba por terminar el mes de marzo de 2006 y al salir a la calle después de 43 años Higonet quiso subir al auto de su abogado, pero ni siquiera sabía cómo funcionaba el mecanismo de apertura de un coche. “¿Y esto cómo se abre?”, preguntó.

Volvía a su casa con la única familia que le quedaba, dispuesto a devolverle a su hermana la incondicionalidad con la que lo había acompañado durante tanto tiempo. Al menos, así lo expresó en una nota con la periodista Florencia Etcheves para TN veinte meses después Higonet, “El loco del martillo”, murió de un ataque al corazón.

Fuente y fotos: Gentileza TN

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