Mamá full time, Marcela Kloosterboer (39) tiene un vínculo súper estrecho con sus hijos, Juana (6) y Otto (3), frutp de su relación con su marido, Fernando Sieling. La actriz, que acaba de regresar a Buenos Aires tras una extensa temporada teatral en Carlos Paz con la obra Radojka, siempre mantuvo a sus hijos al resguardo de la exposición mediática.
De hecho, muy pocas veces subió fotos a sus redes con los pequeños. Incluso este verano en Carlos Paz tampoco los mostró tanto y prefirió disfrutar de la vida en familia en la coqueta casa en las sierras que le alquiló la producción de Radojka para pasar el verano.
En diálogo con Pronto, habló del vínculo con sus pequeños y contó: «Mis hijos están divinos, enormes. En realidad, son chiquitos todavía. Juana es muy parecida a mí en la personalidad; ¡es re artista! El otro día subió al escenario conmigo y estaba contenta. Yo no la muestro pero acá siento que Carlos Paz es un mundo aparte. No entiende mucho qué es lo que hago porque no soy de contarles mucho o de mostrarles cosas mías. Entonces, no termina de entender del todo. La mantengo al margen y eso está bueno, al menos para mí».
-¿Fue una decisión de pareja mantener al margen a los chicos?
-Es como te digo: se da naturalmente porque yo soy así. Nunca voy a estar en una reunión hablando de mi trabajo. Me puedo poner a hablar de trabajo con alguien que tengo mucha confianza y contarle algo puntual. Pero hay tanto foco puesto en el actor o el famoso, que a mí siempre me gustó correr ese foco a un costado y hablar de otra cosa.
-¿Juana tiene dotes artísticos?
-Mi marido toca la guitarra y canta y Juana con él hacen la dupla que él nunca quiso ni pudo hacer conmigo porque me dice que soy sorda. No tengo oído para cantar y Juana canta como los dioses con él. No sabés la cantidad de temas que cantan juntos, ¡te los morfás! Yo no subo nada a las redes sociales porque no la quiero mostrar pero a la vez me tienta porque es un orgullo enorme el que siento como mamá. A mi hija le encanta cantar y es súper histriónica.
-¿Y Otto?
-Otto es un gordo mimoso y quilombero que me tiene enamorada. Los dos tienen mucho carácter y Otto es un mimoso que no lo podés creer. Viene y me dice: “Mamá, mirame a los ojos, te amo”. ¡Y yo me derrito! Son lo más los dos. Este verano están acá acompañándome y se la re bancan, no se quejan. Ellos son de tener mucha vida social y de estar con amiguitos pero acá quedaron solos. Se la bancan, son lo más y le estoy muy agradecida a mi familia por el aguante que me hizo este verano.
Nicolás Peralta
Fotos: Luis Varela
Fuente: Pronto
