“Los debates no mueven un voto”, afirma el reconocido gurú y consultor Jaime Durán Barba, otrora asesor estrella de Mauricio Macri y con un rol clave en la campaña que lo catapultó a la Presidencia de la Nación.
La afirmación de Durán Barba se respalda en diferentes estudios que demuestran, salvo excepciones obvio, que los debates entre candidatos a un cargo ejecutivo no tuercen la voluntad del electorado. Es decir, nadie vota en función de lo que vio o escuchó en ese tipo de exposiciones.
El pasado domingo, quienes aspiran a suceder a Alberto Fernández, entre ellos Javier Milei (La Libertad Avanza), Patricia Bullrich (Juntos por el Cambio), Sergio Massa (Unión por la Patria), Juan Schiaretti (Hacemos Unidos por Argentina) y Myriam Bregman (Frente de Izquierda), tuvieron su primera “contienda” dialéctica en Santiago del Estero y volverán a verse las caras el próximo domingo en la Facultad de Derecho de la Ciudad de Buenos Aires.
Como ha sido habitual en encuentros previos, en el primer debate abundaron las chicanas, los cuestionamientos y las furibundas críticas entre los candidatos, con Massa como principal exponente de los “dardos” que dispararon sus adversarios, aunque también con fuertes cruces ideológicos, principalmente protagonizados por Milei y Bregman, con pensamientos totalmente opuestos.
En concreto, los argentinos que presenciaron el show televisivo, no advirtieron – de parte de quienes pretenden gobernar el país desde el 10 de diciembre – una receta clara y contundente para sacar a la Argentina del pozo en el que está sumergido.
Si bien Milei suele ser el candidato con más definiciones respecto a cómo combatir la inflación, el principal problema que hoy ataca a nuestra sociedad, nadie se atreve a aportar información fehaciente u ofrecer detalles tangibles que permitan avizorar erradicar de raíz el problema de la inflación. Todos afirman que “tienen un plan” pero ninguno lo sabe explicar.
Habrá que aguardar si los candidatos eligieron “guardarse una ficha” para el debate del próximo domingo, el último de la campaña presidencial y a dos semanas de las elecciones generales del 22 de octubre.
En fin, mientras los políticos “debaten”, millones de argentinos siguen aguardando soluciones.