Conocido es el reciente caso de un grupo de rugbiers que atacaron “en manada” a un joven en Villa Gesell, Buenos Aires, lo que derivó en que perdiera la vida. Lamentablemente, lejos estuvo de ser el primer caso en que se da a conocer este nivel de violencia. Sobre este tema, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael la psicóloga Elvecia Trigo.
Un joven de 19 años oriundo de Capital Federal que estaba pasando sus vacaciones en Villa Gesell, murió en la madrugada del sábado tras recibir una golpiza en medio de una pelea entre su grupo de amigos y otros jóvenes rugbiers afuera del boliche Le Brique, de donde habían sido retirados por agarrarse a trompadas.
Algo que la psicóloga destaca es que aún no se sabe qué pasó con los niveles de droga y alcohol existentes, teniendo en cuenta la complejidad de la constitución psíquica de las personas. “El hecho, que es la conclusión de una cadena de situaciones que no se pudieron prever, hace que esto se desmadre y termine con la muerte de un joven de la misma edad de los agresores”, dijo y agregó que –evidentemente– “no se trabajó con los instructores de rugby y especialistas que los formaron para que supieran que su cuerpo podía transformarse en un arma letal”. A aquello, hay que sumarle la edad adolescente –en la que se sienten impunes– y las autoridades del boliche que no previeron tampoco la falta de límites de los jóvenes.
La profesional destacó que el argentino en general se cree un “transgresor de las reglas”, por lo que “el adolescente es la última gota en la que se desborda el vaso, en el adolescente se proyecta, se muestra la escena dramática”. “Estos adolescentes matan a un adolescente, y supongo que esto va a quedar en sus conciencias, en su vida. En grupo, con drogas y alcohol, y sin formación de lo que está bien y de lo que está mal, puede pasar cualquier cosa, porque acá no fue uno contra uno sino que hubo como una ‘horda’ en la que fue uno y terminaron todos”, lamentó.
Considera importante que haya más trabajo desde las escuelas para lograr un mayor y mejor respeto por el otro, para evitar aquello de que “si yo soy rugbier soy mejor que vos; si yo tengo fuerza puedo hacer lo que quiero”.