Durante el último fin de semana, Sergio Araneda encontró una billetera con dinero y documentos. La crisis económica que atraviesa el país no fue excusa para que este hombre hiciera lo incorrecto, sino que fue y se la devolvió a su dueño.
Sergio Araneda tiene 41 años y trabaja en una rotisería. Explicó que el sábado pasado, cuando terminó su trabajo después de la 1 de la mañana, se fue a tomar un café a la estación de servicio Shell ubicada en la intersección de avenidas Balloffet y Los Sauces. Estando allí, se encontró imprevistamente con la billetera y decidió guardarla, aunque por supuesto, con intenciones de devolverla luego. Lo que hizo fue colocar en redes sociales su hallazgo, y con la velocidad propia de esa tecnología, en muy poco tiempo el dueño de la billetera se comunicó con él. “Estaba amargado el hombre y le dije que se quedara totalmente tranquilo, que estaba su billetera íntegra, que yo al día siguiente me juntaba con él y se la devolvía. Y así fue”, recordó. Debido a que sabía que haría la devolución, prefirió llevarse aquel objeto a dejarlo en la estación de servicio.
Dijo que dentro de la billetera había dinero (que no contó), algunas tarjetas de crédito y documentación variada. “Saqué una foto del carnet de conducir y la publiqué”, expresó. Al día siguiente, cuando hizo la entrega, le sugirió al hombre que chequeara que estuviera todo allí, incluyendo el dinero, por supuesto. Sin embargo, prefirió no contar nada y simplemente confiar en este comerciante que hizo su deber.
Araneda considera que desgraciadamente esto se ha vuelto noticia por la simple razón de que si bien devolver algo que no es propio es lo normal, no se trata de algo común. “El dueño me llamó cerca de las 2 de la mañana y estaba muy amargado, ahí le dije que se quedara completamente tranquilo”, destacó.
Sergio está casado, tiene tres hijos, dos de los cuales nacieron en España, país donde vivió junto a su esposa y con quien volvió a Argentina por cuestiones de la vida. Siempre se ha dedicado a la gastronomía, por lo que eso hizo al volver al país. Pudo vender un auto y armar su propia rotisería llamada “D’Paso”, ubicada en avenida Balloffet 2688.
