Otro cachetazo para un agro mendocino cada vez más complicado

El agro mendocino volvió a ser castigado por las inclemencias climáticas y enfrenta otra temporada de muy baja producción.
Las heladas tardías registradas en las últimas semanas prevén un período de cosecha flaco para los productores, en medio de todas las dificultades económicas que vienen atravesando.
uienes aún apuestan a labrar la tierra y vivir de lo que producen, no salen de su hastío, ya que de por sí desarrollan una actividad poco reconocida, pero además deben soportar los castigos climáticos de esta parte del país.
“Si no es el granizo en verano, es la helada tardía o bien la escasa rentabilidad que nos deja esta actividad”, reflexiona un agricultor, quien pronostica una temporada muy difícil.
Las ayudas estatales que podrán venir seguramente cubrirán parte de las pérdidas, pero desde el sector reconocen que generalmente no son suficientes en virtud de las consecuencias que generan las contingencias climáticas.
En ese contexto, el intendente Emir Félix viajó a Buenos Aires para buscar ayuda y el gobernador Rodolfo Suárez declaró la emergencia agropecuaria, a fin de generar recursos que puedan palear los sombríos registros en casi todas las fincas de la provincia.
Una vez más se pone sobre la mesa el futuro de la matriz productiva mendocina. En particular, en San Rafael, ya no es sorpresa que miles y miles de hectáreas dejen de producirse para transformarse en terrenos con destino inmobiliario, complejos de cabañas, entre otras alternativas.
El agro mendocino nuevamente recibe una cachetada y la capacidad de reponerse, en medio de un contexto de crisis, es cada vez más difícil.