Pocha y Guillermina, las elefantas del exzoológico de Mendoza, comenzaron a perder peso, ganar masa muscular y a tener una dieta más adecuada a su especie. Así lo aseguró Katherine Blais, cofundadora de Global Sanctuary for Elephants, la organización que alberga a estos especímenes en Brasil.
Los paquidermos llegaron al santuario ubicado en Mato Grosso el pasado 12 de mayo tras un largo proceso burocrático y de adaptación. A un mes de su arribo, la veterinaria y especialista en vida silvestre detalló a El Sol que madre e hija “están muy bien”.
“Sabíamos que debido a su pasado en Mendoza, los ajustes podrían ser difíciles. Pero Pocha y Guillermina impresionaron a todos con la rapidez con que se abrieron una vez que parecieron darse cuenta de que el santuario era un espacio seguro”, afirmó Blais.
La mayor, que tiene 56 años, llegó al zoológico en 1968 desde Londres y en el recinto, de no más de 400 metros cuadrados, tuvo a su hija, Guillermina (24) que nunca experimentó la vida fuera de los muros.
Debido a esto, la especialista sostuvo que “pasaron algunos días antes de que se sintieran cómodas explorando fuera del granero”, sin embargo, rápidamente “recorrieron los patios más grandes, nadaron en el estanque, conocieron a todos los demás elefantes y compartieron espacio con todos excepto con Lady. Sus presentaciones transcurrieron sin problemas y ambas parecen apreciar la compañía de otros”.
Y reconoció: “No podríamos estar más orgullosas de ellas”.
Si bien ambas han ido adaptándose en forma pareja, juntas se sienten más seguras y pareciera que se ayudan a encontrar el equilibro.
“Pocha inicialmente estaba más interesada en conocer a otros elefantes, pero ahora Guille intenta que se quede con ellos por más tiempo. De hecho, la más pequeña salió primero del granero, pero Pocha exploró más. Cada una tiene sus puntos fuertes y se los van intercambiando. Es hermoso verlas juntas”, comentó.
Ejercicio y nueva dieta
Así, a un mes de su arribo al predio que cuenta con más de mil hectáreas, un entorno lo más parecido a su hábitat y a la libertad, cerca del Amazonas, los cambios físicos ya comenzaron a notarse.
“Ambas ya han comenzado a perder peso y desarrollar músculo, que es muy necesario. Pocha y Guillermina tienen mucho sobrepeso y necesitan perder varios cientos de kilos”, dijo Blais.
Los especialistas han cambiado su alimentación a una dieta más adecuada a su especie compuesta de pasto, enredaderas, ramas que se complementa con heno y otras comidas pequeñas para permitirles monitorear la ingesta directa de alimentos y la entrega de cualquier suplemento o medicamento que necesiten debido al impacto de cautiverio.
“Junto con el pastoreo natural y el ejercicio, su cuerpo mejorará cada día”, aseguró.
Y concluyó esperanzada: “Les tomará algunos meses llegar a una condición más óptima cuando se hace de manera saludable. Pero llegarán”.
Fuente: El Sol
