El estimador mensual de actividad económica del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) bajó 26,4% en comparación con un año antes y 17,5% respecto del nivel de marzo. De esta manera, la economía argentina se encamina a la mayor contracción económica en 120 años a partir de la combinación de pandemia, cierre obligatorio e indefiniciones en materia de políticas macroeconómicas.
El economista y docente universitario Federico Vacalebre habló sobre este tema con FM Vos (94.5) y Diario San Rafael. Explicó que debido a lo que se vive a nivel mundial, Latinoamérica es una región mucho más castigada que lo denominado “países centrales”. Argentina es el país que más días lleva en cuarentena aunque hay cuestiones de base, estructurales (con las que ya veníamos), que hacen que ante un mundo y un panorama absolutamente adverso tengamos una tremenda caída. Hubo una medida absolutamente sanitarista, pero no se contemplaron otras aristas como la económica, la social e incluso la psicológica. “En términos de actividad económica, hemos retrocedido 16 años, es decir que estamos en los niveles de actividad que la Argentina tenía en el 2004. Para tomar dimensión es importante remarcar que las crisis, por una cuestión de rebote económico y de ciclos, habitualmente no suelen durar tanto tiempo. En Argentina tuvimos en los últimos 60 años, 14 recesiones; hubo tres períodos aproximadamente en esos 60 años, en los que hubo recesiones de alrededor de 2 años (entre el 60 y el 63, entre el 65 y el 66, y entre el 81 y el 82); pero después, períodos de más de 3 años –dentro de esas 14– hubo tres (la hiperinflación de fines de los 80, la caída de la convertibilidad y la crisis actual, ya que estamos entrando en el tercer año)”, recordó y lamentó que aún no puedan verse demasiado las consecuencias a futuro. “En una economía como la nuestra, que depende tanto del sector externo se hace mucho más difícil salir”, aseguró y agregó que esto pasa porque estamos ante un mundo con una enorme crisis de oferta que se mezcla con otra de demanda y una más en el sector petrolero, que impiden pronosticar en cuánto tiempo y cómo se podrá salir.
Por otra parte, hay un gran déficit económico que se busca “tapar” con emisión monetaria.