Por qué nacieron menos niños en Mendoza durante los últimos cuatro años

Muchos especialistas aseguran que luego de una crisis económica siempre la tasa de natalidad se reduce por el miedo a la incertidumbre monetaria y la falta de oportunidades laborales. Sin embargo, existen también otros factores.

Teniendo en cuenta esos parámetros, según datos proporcionados por el Registro Civil, en la provincia la tasa ha descendido un 21,8% en los últimos cuatro años. Se estima que la baja es de 560 nacimientos -en promedio- por mes.

Los especialistas manifiestan que si bien el descenso ha sido rítmico durante los últimos cinco años, la mayor incidencia se ha observado entre el 2020 y el 2021.

«En el primer semestre del 2018 la tasa de natalidad arrojó que se inscribieron 15.406 niños y en el mismo periodo del 2021 los número son inferiores ya que sólo se registraron 12.046 bebés. Esto indica que el descenso ha sido de unos 560 chicos menos por mes», indicó Pablo Morales, inspector del Registro Civil de Mendoza.

Los números registrados durante los primeros seis meses de los últimos cuatro años indican:

• En el 2018: 15.406 nacimientos.
• En el 2019: 14.688 nacimientos.
• En el 2020: 12.276 nacimientos.
• En el 2021: 12.046 nacimientos.

«El mes en el que se registraron menos niños fue en marzo del 2020, en coincidencia con el arranque de la pandemia en Mendoza. En ese momento se paralizó todo y tuvimos sólo 1.402 niños anotados. En abril, la cifra repuntó a 1.523″, contó Morales.

Frente a esta situación, desde el Registro Civil pusieron a disposición un número de celular para que las madres y/o padres se comuniquen y puedan solicitar un turno para inscribir a los chicos.

«Los interesados deben residir en el Gran Mendoza y podrán mandar un mensaje de WhatsApp al celular: 2617476804. Allí deberán consignar los datos filiatorios de la madre de la criatura y luego un coordinador los contactará para otorgarle un turno para su correspondiente inscripción», agregó el funcionario.

Disminución del embarazo adolescente

Otro de los fenómenos que se replicó en el último año es una fuerte baja en los embarazos en adolescentes.

De acuerdo con Mónica Rinaldi, titular de la Dirección de Maternidad e Infancia de Mendoza, «la reducción ha sido del 50% desde el 2014 a la fecha. En el último año la baja fue del 9.7% al 8.3%, en tanto, la tasa de mortalidad fue de 3.4 por cada 10 mil nacidos vivos».

Ser madre es una opción

«Para quienes han recibido Educacion Sexual y tienen acceso a cuidados y métodos anticonceptivos, los hijos son una opción, es decir se puede decidir tenerlos o no y viene ocurriendo que la decisión es la postergación de la maternidad por diversos motivos», expresó Rocío Alaniz, psicóloga, educadora y orientadora en sexualidad.

La especialista recalcó que «el incremento de posibilidades de desarrollo en distintos ámbitos de la mujer, retrasa las maternidades, ya que, lamentablemente, aún hoy demandan de la mujer un mayor compromiso, no sólo biológico sino también social, interrumpiendo en muchas ocasiones la vida profesional y limitando, a su vez el margen de tiempo para concebir posteriormente».

También Alaniz consignó que el vínculo entre la economía y la natalidad tiene su impacto: «Muchos estudios demuestran que a mayor desconfianza e incertidumbre económica se produce un descenso de los nacimientos. El desánimo e inseguridad producen dificultades en la planificación del futuro».

Otro dato interesante que explica el descenso de la natalidad en Mendoza es que desde abril hasta junio del 2020, en plena primera ola de coronavirus, no se realizaron tratamientos de fertilidad. «En la actualidad los mismos están limitados por la situación sanitaria y eso también ha repercutido mucho en el numero de baja natalidad», agregó Alaniz.

Ser madre, un cambio cultural

El fenómeno es mundial y, según explica la socióloga Laura Suden, «corresponde a una multicausalidad».

«El debate por la despenalización del aborto movilizó muchísimo a la sociedad. Muchas mujeres se organizaron exigiendo la legalización del aborto en el marco de los derechos civiles y ciudadanos. Lógicamente trascendió mucho más de las organizaciones de feministas y se intordujo en cada hogar y familia».

La socióloga manifestó, además, que «ese debate invitó a la reflexión, a la reconsideración sobre lo que significa la maternidad como un deseo o proyecto de vida y la maternidad  como una imposición moral hacia las mujeres».

Al ser consultada si esta situación, que se replica en el mundo entero, es una moda o tendencia, la profesional explicó: «No se sabe qué pasará más adelante, pero este cambio nos da cuenta de que en el pasado podríamos haber visto a muchas mujeres que se encontraban con una gestación no planificada, que no formaba parte de un proyecto de vida sino que era una gestación forzada por no acceder a la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE)».

Finalmente sentenció: «Lo que está pasando es un cambio cultural muy significativo que dejará una profunda impronta de acá en adelante».

Fuente: El Sol